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Al día siguiente, Víctor salió en la mañana, no recuerdo si me dijo el lugar, pero no volvió hasta la hora del almuerzo.

Corrí hacía el armario y, tras quitar el doble fondo de la pared, me coloque los audífonos y reproduje los audios del día anterior.

–Pasa, toma asiento, puedes dejar las maletas junto a la puerta.

La voz de Víctor inundo mis oídos. Esto lo dijo en cuanto entre a mi habitación...

¡UN MOMENTO!

¡¿MALETAS?!

No vi ninguna maleta cuando bajé a comer.

–Es una linda casa. –La voz de la chica entro a escena–Me gustaría conocer a tu... ¿Hija me dijiste?

¡¿HIJA?!"

–Si, bueno, ella lamentablemente se encuentra indispuesta.

Si claro, yo siempre estaba indispuesta con sus conquistas de... ¿media noche? No importa.

–Ou, es una lástima.

–No te preocupes. Te quedaras aquí un tiempo, ¿no?

Y si, eso me sorprendió aún más.

Se quedaría un tiempo indeterminado.

SOLO UN TIEMPO INDEFINIDO.

Pero, lamentablemente, es tiempo se... extendió en demasía...







Diario de una mentira {EN PAUSA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora