El objeto de mi afecto

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Los Ángeles, California.
Casa de Sam y Blaine.
Una semana después.

Sam abrió la puerta de su casa para descubrir tras de ella al estrafalario hermano de Blaine, Cooper, quién era todo un personaje, en el buen sentido de la expresión (al menos una vez que te acostumbras a él).

Cooper también vivía en LA y después de años de ignorarse mutuamente ahora tenía una cercana relación con su hermano y por lo tanto con Sam.

-¡Sammy!- le saludo como de costumbre con un ligero abrazo que era más un apretón de hombros.

-Hola Coop - respondió Sam enseguida siguiendo el gesto.

-¡Aquí está su transporte al aeropuerto! – dijo alegremente -¿están listos?.

-Blaine viene en camino- respondió el rubio levantando su celular de la barra de la cocina, seguramente para ver si tenía alguna notificación de Blaine-  se entretuvo más de lo esperado en el estudio- explicó.

-Oh bueno – dijo Cooper caminando hacia el refrigerador- ¿quieres una cerveza mientras esperamos? – preguntó abriendo la puerta de la nevera con extrema confianza.

Sam, acostumbrado a ser tratado como la visita en su propia casa, asintió.

-Seguro – dijo sentándose a la barra de la cocina y revisando de nuevo se celular.

Cooper tomó las cervezas y las destapó con calma antes de hablar.

-Así que te convenció de acompañarlo ¿eh? – dijo al darle la cerveza a Sam.

-Sí– respondió este tranquilamente -pero supongo que ya lo imaginabas.

Cooper asintió probando su cerveza

-Por supuesto, ustedes dos son tan predecibles – respondió en tono afable.

Sam asintió dando un trago a su bebida y después permaneció un tiempo relativamente largo en un silencio sepulcral, con la mirada perdida, cómo si sus pensamientos estuvieran lejos de ahí.

Extrañamente Cooper tampoco habló.

-¿Sabes? – dijo Sam al fin -deberías acompañarlo tú.

Cooper sonrió.
-No, sólo te quiere a ti ahí, tú y yo lo sabemos.

-¿Te contó de su plan? – preguntó Sam suavemente.

-Lo hizo.

-¿Y qué piensas?- quiso saber.

-Qué debe ser difícil para ti – respondió Cooper.

-¿Para mí?

-Vamos Sammy – replicó el actor- a mí no me puedes engañar.

-¿De qué hablas?

-Amas a ese chico.

-¿Qué?

-Amas a Blaine.

Sam palideció rápidamente.
-No sé de que-

-Oh lo sabes – le interrumpió Cooper- claro que lo sabes.

-¿Qué te hace pensar eso? – preguntó  Sam bebiendo de su cerveza mientras trataba de parecer tranquilo.

Cooper levanto las cejas y se recargo en la barra, relajado.

-Todo

-¿Todo?- preguntó Sam sonando genuinamente desconcertado.

Cooper se enderezó y se encogió de brazos.
-Ya sabes, la forma en que lo ves cuando piensas que nadie se da cuenta – dijo caminando hacia el sofá- y como revisas tu celular cada dos minutos esperando un mensaje suyo si no estás con él – agregó al girar, encontrando a Sam casualmente con el celular en la mano.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora