Dos extraños bailando bajo la luna, se convierten en amantes al compas. De esa extraña melodia que algunos llaman destino, y otros prefieren llamar casualidad.
La luna brillaba iluminando el sendero donde ambos se encontraban disfrutando de la compañia del otro, habian pasado un par de meses desde aquel primer encuentro en los adentros del bosque que se encontraba a sus espaldas.
Stiles levanto su mano, los rayos de la luna la iluminaban y un minuto después otra mano un poco más grande que la de él se encontraba junto a la suya. Miro a su lado encontrandose con la mirada verdosa que lo tenian cautivado.
Derek se acerco poco a poco hasta que sus bocas se encontraron, sus labios se amoldaban perfectamente. El mayor de los dos entrelazo sus dedos, mientras disfrutaba del cálido contacto. Se separaron, y Derek adoro aun más si era posible a ese chiquillo que mantenia sus mejillas rojas.
— Me gustas...—.
— A mi me gustas muchisimo más —Murmuro el de barba con una leve sonrisa.
