Capítulo 04

83 11 1
                                    

Mi día no ha hecho más que empeorar. Están sentados en los extremos opuestos del sofá y sus cabezas se vuelven hacia mí. Me quedo donde estoy, sintiéndome algo perdida. Todo mi enfado, todas las frustraciones de la jornada acaban de transformarse en una emoción dolorosa. Los ojos se me llenan de lágrimas que me escuecen detrás de los párpados y tengo el corazón desbocado. Estoy destrozada.

Como no sé qué hacer pero sí sé que no quiero que esa mujer me vea derrumbarme, echo a andar hacia atrás y cierro la puerta lentamente al salir. Vuelvo a recorrer el pasillo sumida en la tristeza, pero en vez de ir hacia la muchedumbre feliz, me desvío y huyo de la cháchara alegre y de los cuerpos que bailan. Me dirijo hacia el camino de grava, en dirección al bosque.

Planto mi culo derrotado en un tronco y empiezo a dar pellizcos a la corteza seca, desmenuzándola entre los dedos. La brisa fresca de la noche hace que se me ponga la carne de gallina. Sólo estaban hablando, pero Taehyung sabe lo que opino de ella, lo que opino de cualquier mujer que haya estado con él. Aun así, sacrifica el tiempo que podría pasar conmigo en el día más especial de nuestras vidas para estar con ella. No entiendo nada. Quiero gritarle, coserle el pecho a puñetazos y desgañitarme en su cara, pero no me quedan fuerzas. Es como si me hubieran chupado todas las ganas de pelea. Me ha consumido el drama, el mío y el ajeno, y he quedado expuesta y vulnerable. Y también hecha un mar de dudas. Tenía que ser en el día de mi boda. Dudo que pueda reunir las fuerzas necesarias para pasar el resto de mi vida con Taehyung, espantando mujeres y problemas. Me he dado cuenta de que estoy indefensa y las lágrimas corren por mis mejillas y caen sobre el encaje de mi vestido. Estoy indefensa. No puedo hacer que todas esas mujeres desaparezcan, no puedo separar a Taehyung de su pasado y no puedo controlar a otras personas ni sus actos. Lo único que soy capaz de hacer es asegurarme de tomarme la píldora. Escondo la cabeza entre las manos y sollozo en silencio.

No me quedan fuerzas ni para llorar como es debido.

En medio de mi llanto patético e incontrolable oigo que Taehyung se acerca. A pesar de que tengo la nariz taponada puedo oler el agua fresca y la menta. Ni siquiera puedo moverme, no obstante, siento su presencia. Cada átomo de mi cuerpo lo nota pero mis ojos se niegan a mirarlo.

Me enjugo las lágrimas y me sorbo los mocos.

—Sé que estás ahí —digo en voz baja sin levantar la vista.

—Lo sé.

Sus pasos crujen en la tierra y los percibo más claramente cuando se acerca y entra en mi visión periférica. Se agacha a mi lado pero no me toca. Tiene las manos entrelazadas y los pulgares dibujan círculos en el aire. Lo oigo respirar con fuerza. Ha estado corriendo por los jardines buscándome y ahora se limita a sentarse a mi lado, a quedarse callado cuando debería explicarse y explicarme por qué me ha abandonado el día de nuestra boda para poder ver a una mujer, a otra mujer, que está enamorada de él.

Me río para mis adentros.

—Tiene gracia lo compenetrados que estamos y, sin embargo, estás ahí sentado sin saber qué decirme —le espeto.

Noto que se revuelve, incómodo, y luego su mano cruza la distancia que nos separa y se detiene en mi muslo. Su tacto tibio hace cosas que no quiero que haga. Miro sus dedos abiertos, su anillo de boda de platino y diamantes, a juego con el mío, que resplandece cuando flexiona la mano y me aprieta el muslo.

—Y como no habla, me acaricia —digo en voz baja.

—Te quiere —susurra—. Desearía poder borrar el pasado que tanto daño te hace.

Me vuelvo para mirarlo y veo unos ojos castaños rebosantes de remordimiento.

—¿Y por qué has ido a verla? Es el día de nuestra boda, habías jurado estar a mi lado todo el día, ¿por qué me has abandonado para estar con ella?

Confesión // K.Taehyung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora