Capítulo 2: De tristes orígenes, parte 1

183 18 9
                                    

*Créditos de la imagen: encontrado en el perfil de @ Zyrophin en Twitter*

________________________________________________________

El mundo suele tener reglas no escritas, según el lugar en donde te encuentres. Sin embargo, si hablamos de la calle, la cosa se pone más seria. Es sabido por cultura general que el hombre cuando se junta en sociedad, se vuelve fuerte. Pero también en tierra de ciegos, el tuerto es rey.

¿Por qué esta frase tiene cabida aquí? Sencillo, siempre hay al menos un ser humano lo suficientemente visionario como para aprovecharse de otros, usar las herramientas que tenga a la mano o que pueda conseguir por los medios necesarios para un objetivo.

De orígenes humildes, Kai Chisaki, era un chico huérfano cuyos padres desaparecieron a los días de nacido. Se crió en un orfanato hasta los 4 años que despertó su don, el cual se manifestó de una manera cruel pero accidental. Al estar jugando a "Tú las traes", cuando puso su mano derecha en uno de sus compañeros, el mencionado infante explotó en sangre.

Las cuidadoras cuando escucharon la explosión, el miedo se apoderó de ellas. Y por acto reflejo fueron a buscar a los niños para protegerlos. Sin embargo, el escenario era tarantinesco: charcos y manchas sanguinolentas regadas en buena parte del jardín donde los pequeños jugaban estaban plasmadas en la grama.

Cuando los niños llorando señalaron a Chisaki, quien estaba atónito por lo que acababa de pasar y todo cubierto de sangre, solo levantó la mirada con lágrimas pidiendo una explicación. Pero lo que recibió fue un golpe seco en el lóbulo occipital, sin mediar palabra fue noqueado.

Lo último que recordó fue el miedo en el rostro de todos los que, una vez pudo llamar amigos, pero esos recuerdos se tradujeron en una desagradable jaqueca cuando despertó debajo de un puente dentro de una caja de cartón mojada y encontró una carta.

A quien corresponda:

Esa cosa con apariencia de niño es una amenaza para la sociedad, recién despertó su don y es capaz de explotar a todo el que toque. Por favor, alguien hágase cargo de ese monstruo asesino o mátelo. Es bajo su propio riesgo.

Cuando Kai leyó esta carta, no sabía qué pensar más allá de la frustración y la ira que sentía por un error inconsciente. Por toda su vida maldeciría el día que despertó su don, y ahora que estaba totalmente solo, debía rebuscarse para ganarse la vida.

Robar fue la opción más rápida para un niño pequeño, pero pronto (ni tan pronto, solo un año aproximadamente) descubriría que el mundo da segundas oportunidades en los momentos más difíciles.

— Pequeño, ¿estás perdido o estás solo? No te ves nada bien, toma un poco para que comas. -un anciano con yukata azul, pelo blanco un poco largo y sandalias de madera se agachó una tarde en un parque cercano al puente donde fue abandonado-.

El hombre le ofreció un onigiri, el pequeño Chisaki lo aceptó sin voltear a verlo y comenzó a devorar el alimento como si no hubiera mañana. El señor solo lo observaba con el rostro serio, pero en el fondo sentía lástima. Así que, considerándolo una oportunidad de hacer bueno al menos una vez en su vida, dijo las siguientes palabras.

— ¿Quieres venir a mi casa? No debería un niño tan pequeño estar mendigando. Así que ven, te daré un lugar para dormir, algo de ropa limpia y comida caliente.

Chisaki levantó por primera vez los ojos para intercambiar miradas con ese buen samaritano. Los ojos de Kai estaban sin brillo, pero las lágrimas se asomaban. En el tiempo que llevaba como callejero, por primera vez se acercó alguien con buenas intenciones.

El pequeño quiso estirar la mano para estrecharla, pero tuvo mucho miedo. El flashback de cuando despertó su quirk lo seguía atormentando. Así que siguió sus instintos y salió huyendo. Consideraba que tarde o temprano lo desecharían de la misma forma.

Fue de regreso al puente que, por fortuna, era su único hogar. La caja que tenía antes se había convertido en una especie de petate para poder dormir. Se había quedado con hambre, aunque el onigiri lo había alivianado.

— Así que realmente eres un chico con mala suerte. -dijo el hombre que apareció en la entrada de la parte de abajo del puente-.

— Aléjese de mí... -dijo el chiquillo mientras le daba la espalda-.

El hombre quiso acercarse a él, traía un obento y se lo ofreció al niño. Cuando se acercó al petate improvisado que Kai tenía, descubrió que en una esquina estaba mal escondido una especie de papel. Cuando lo jaló, descubrió que era una nota corta pero demasiado contundente.

— Me llaman monstruo por un accidente... los que me hicieron esto son los verdaderos monstruos... -Chisaki estaba haciéndose el fuerte-.

— Niño... mi oferta sigue en pie. -dijo el hombre, que se había sentado cerca de joven-. Tu don no es malo, el mundo lo percibe según la forma en que lo uses. Yo podría enseñarte cómo usarlo de la mejor manera posible. Ore wa Tsuda Kenjiro desu.

— Chisaki Kai desu

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Chisaki Kai desu.

— Chisaki-kun. ¿Quieres unirte a mi familia? -preguntó el señor Tsuda-.

— Pero... si voy con usted, los demás pensarán que soy un monstruo. Y no quiero... -Kai fue interrumpido-.

— Nadie podrá hacerte nada, te lo garantizo. Te daré un hogar y me aseguraré de desarrollar el potencial que puedes tener. Si alguien se mete contigo, se mete conmigo, te lo prometo. -finalizó el señor Tsuda, sin saber lo que en el futuro implicaría acoger a Kai Chisaki bajo su protección-.

 -finalizó el señor Tsuda, sin saber lo que en el futuro implicaría acoger a Kai Chisaki bajo su protección-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Cr: @ Atlan_147223 en Twitter)

Esa promesa sería fundamental en la vida de Chisaki. El tiempo pasaría y el camino a una vida nueva, que empezó luego de una desgracia fortuita, sería firme y tranquilo. Conocería a más personas de la familia Tsuda, tendría una vida feliz cuyo futuro tomaría forma con el tiempo. Lo que le importaba es que tal vez por fin podría tener una vida con sentido.

Sin embargo, no todo sería color de rosa. Lo que no sabía el niño es que mucho más adelante llegaría un momento más difícil en su vida. La infancia y la adolescencia no lo prepararían para lo que pasaría próximamente. 

Lo que ellos escondieron (Lady Nagant x Overhaul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora