Nostalgia eterna

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Quiero ser,
el trozo de suelo
que albergue tus huellas,
sombra en el terciopelo
y superficie de tu piel.

Quiero ser
el destello de luz
que atraviese tu cabello,
y que me salves
del frío de este alud.

Soy viajero que persigue
tu Luna y olvida el tiempo,
preso de las praderas,
dunas, y llanuras de tu cuerpo.

Y tú, que a mis nubes apartas,
tú, que al Sol levantas,
que das vida a flores marchitas,
mas eres muerte si me faltas.

Y tú, que me haces sentir
que vivo más con alma
que con el cuerpo material,
y su ansia de sobrevivir.

Pero muere mi alma
sin el amor que me das tú,
mi musa, que avivas hasta
el silencio de un ataúd.

Y pinto madrugadas
con el pincel de mis rimas,
y tu nombre ilumina
a las tierras apagadas.
Entonces,
las estrellas abren su cortina,
y me dan las gracias...
Te dan las gracias.

Descubrí en tus labios
y entre tus hechizos,
que incluso un ciego
podría ver tu paraíso.

Busqué tu aroma
tras cada coma
de mis poemas,
y debajo de cada verso.
Y tras nostalgias y penas,
lo encontré a solas.

Encontré el rastro perdido
de un cabello tuyo, pegado
en mis prendas.

Me hallé casi vencido,
buscando desolado
la unión de nuestras sendas.

En esta realidad,
que de tus sueños me viste,
te creo acariciar, y al despertar,
la realidad me embiste.

Piérdete entre mis sábanas,
bríndame tus dulces caricias,
tus besos, delicias,
a muy lenta cámara.

Romper el espejismo
de la distancia.
Extrañar tus paraísos
y tus seísmos...
Y, con tu marcha,
sentir que me quitan
una parte de mí mismo.

Luces oscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora