"La venganza no es buena, daña tu alma y la envenena"
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Portada creada por mi
Los personajes no me pertenecen, créditos a su creador
Historia basada en el manga "El castigó de Tomioka"
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Me desperté por el olor de la comida, mi estómago gruño con fuerza, tengo hambre, me senté y frote mis ojos para tener una mejor vista, veía todo borroso.
Salí de mi recamara y tome un baño en uno de los richuelos del busque, el agua estaba muy fría, puedo jurar que habían trosos de hielo.
Me seque el cuerpo y me puse ropa cálida, hoy la señora Zū me llevará a un pueblo, dónde podremos conseguir una katana, me ayudaría mucho tener una, pero el problema es que no son tan buenas como las de los cazadores.
Cuando pueda, iré a la cabaña del señor Urokodaki y tomaré "prestada" su katana, si es una falta de respeto no preguntarle si me deja tomarla, pero, el ya no vive, y con esa katana, podré vengarlo junto con los kamado.
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Me sorprende que la señora Zū recuerde a la perfección el camino hacia su casa, yo seguramente me perdería entre los árboles.
Caminamos por un unas horas, hablamos de cualquier cosa, como el clima o de las plantas, no me importaba el tema, cualquier cosa con la señora Zū es agradable.
Llegamos casi al atardecer, era un pueblo pequeño, habían puestos de comida y tiendas de ropa, compramos algunas prendas de vestir, me da pena que ella pague todo, yo podría pero mis pertenencias me fueron arrebatadas por el castigo de los hashiras.
La señora Zū me llevo a una herrería, había un hombre joven talvez de unos 23 a 24 años, el nos atendió, era amable, podría decir que me agrada.
Me enseñó algunas de sus katanas nichirin, tenía muchas, tome una en especial, me llamo la atención el color azul de aquella katana, era como la mía, podría decir que era la misma, pero no es posible, no creo que los hashiras serán tan tontos como para vender o pierden una katana.
- Está por favor- mire a la señora Zū, ella solo asintió con la cabeza, tenía un sonrisa en su rostro, no se por qué.
- Perfecto!- tomo la katana de mis manos y prosedio a limpiarla con un troso de tela- Está katana lleva un tiempo aquí, está hecha de hierro y arena carmesí escarlata, tuve un amigo, el era un cazador y me ayudaba a forgar mis katanas nichirin, pero lamentablemente murió en una misión.- Yo solo me tenía mi vista en la katana, sentía lastima por el pero me preocupe más por mi venganza.
La señora Zū pago mi katana y se despidió del hombre, ya era de noche, fue un día cansado, asique la señora Zū alquilo dos habitación para pasar la noche, comimos algo antes de dormir, tenía mucha hambre, pero me daba pena pedirle algo a la señora Zū.
Ambos nos fuimos a las habitaciones a descansar, estaba cansado, hoy no pienso matar a nadie, el viaje fue cansado y mañana al amanecer iremos devuelta a su cabaña.
Debo descansa, para aserme más fuerte... Y así logré mi objetivo.