Capítulo 2

66 19 18
                                    

Pero no me lo puedo creer cómo... que... ¿¡Qué hace aquí!?, Oh, no, de cerca se ve más guapo aún. Santa madre de los chicos guapos, diosito de esta muero de un paro. Mi cuerpo es tan débil ante semejante elemento.

Si la comida sabe como se ve... Jeje

En otro momento te diría que te callases pero concuerdo totalmente contigo. Está para morirse.

¿¡Pero qué me pasa!?

Cassie, tú no eres así, dónde está eso de que no necesitas hombres en tu vida. Sigue los consejos de Miley Cyrus y su canción "Flowers".

Shhh calla no le metas malas ideas en la cabeza.

Lo mejor ser...

Y boom una voz chillona interrumpe el hilo de mis pensamientos.

—Holaaaa, tierra llamando a Cassie—Seguido de una risita burlona.

Definitivamente era Leslie, podía ser muy pesada cuando se lo proponía.

Pues a mí me cae mucho mejor desde hoy.

Hice un ademán de responder pero el chico se me adelantó.

—Cassie... me gusta ese nombre—Y si, todo eso fue suficiente para que me pusiera roja como un tomate... cuando lo nota esboza una pequeña sonrisa de medio lado.—Creo que el sol te hace daño, estás muy roja.

Las muy perras de mis amigas se escabulleron disimuladamente dejándonos solos, mientras Madd movía las cejas de arriba hacia abajo y formaba con la boca un no me des las gracias.

Cuando me giro hacia el todavía roja de la vergüenza una vez más lo recorro de arriba hacia abajo con la mirada, cuando digo que de esta me de un paro es en serio.

—Em... ¿Cómo te llamas tú?—Me escuché decir, oh oh pero que conste que esas palabras salieron solas de mi boca, mi plan consistía en salir corriendo.

Te juro que si corres me cambio de cabeza y te quedas tú sola.

Cállate no ves que estoy en modo pánico.

—Jeyden.

—Me gusta, nada mal—murmuré con una sonrisa que se evaporó al notar que se vuelven a escapar de mi boca esas palabras, esto acabará mal pero por suerte lo dije tan bajo que no creo que me escu...

—¿Cómo? Es que no te he escuchado bien.

—No nada em... Mejor dime que quieres, no tengo todo el día.

Técnica infalible para cuando metes la pata, hazte la ofendida.

Eso eso hazte la dura.

—Tranquila fiera, solo quiero tu número.

—Ni de coña—le espeté de pronto, por lo que puso una mueca.

—¿Por qué no?

—¿Por qué debería de dártelo?

—Pues no se porque hace unos segundos, tu amiga me ha gritado que estabas babeando por mi, y aunque no me des la información que te he pedido la conseguiré.—Tras decir esto me he quedado más roja que Mushu.

—Baff, ni que estuvieras tan bueno y mi amiga solo bromeaba listo, no eres mi tipo.

!¿Pero qué dices?! este es el tipo de cualquiera.

Vale, hagamos como que te creo pero entonces... ¿por qué te muerdes el labio cada vez que hablo?

—¿Eh?

La Magia del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora