𓏲 Capítulo 3

3.4K 447 104
                                    

— ¿Mamá?— llamó Chaeyoung entrando a la cocina de su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Mamá?— llamó Chaeyoung entrando a la cocina de su casa.

Su madre, una mujer de 39 años, bajita -Chaeyoung maldecía no haber sacado la altura de su padre-. De pelo negro y largo, con sus mismos ojos grandes y rasgados y su tono de piel.

— ¿Si, Chaeyoung-ah?— dijo la mujer, con la dulce voz que Chaeyoung adoraba, recordando cuando tenía la misma edad de Winter y se recostaba en el pecho de su madre para dormir todas las noches en la cama matrimonial, ella en vez de acostarse a su lado, se encaramaba a su vientre y recostaba allí, ocultando su rostro en el cuello de su madre y quedándose dormida al sentir caricias en su espalda, el aroma al perfume de su progenitora y como esta le arrullaba.

La mujer tenía puesto el delantal que Chaeyoung le había hecho para el día de las madres cuando tenía la misma edad de Winter, hace más de 12 años, en donde Chaeyoung había hecho un feo dibujo de unas mariposas en un jardín y sus manos pequeñas estampadas de diferentes colores por todo lo restante.

Aquel delantal ya estaba desgastado por tanto uso, manchado por demasiadas cosas que Chaeyoung no tenía idea de qué eran, y tan feo y vergonzoso -porque más encima, tenía su nombre escrito en una esquina- que Chaeyoung lo único que quería hacer al vérselo puesto es quemarlo y tirar los restos por el inodoro, pero su madre lo atesoraba con tanto cariño que lo soportaba solo por verla feliz al recordarle con esa edad entregándoselo.

¿Chaeyoung qué hacía en la cocina realmente? Ni ella misma sabía qué rayos estaba haciendo, pero su mente había estado tan confundida estos dos últimos días desde que conoció al mismo sol en persona al ir a dejar y retirar a Winter en el jardín infantil, que realmente necesitaba una respuesta a la extraña necesidad de ir a dejar a Winter por las mañanas.

Y de verdad le jodía demasiado, porque Son Chaeyoung no era alguien madrugadora, no señor, ella se dormía tarde y se levantaba tarde y quien osara a interrumpir sus horas de sueño salía de su habitación con un ojo menos. Son Chaeyoung jamás estaba dispuesta a ayudar a alguien sin recibir al menos una mísera barrita de cereal por la persona contraria. Entonces, ¿por qué rayos estaba parada allí, en la puerta de la cocina de su propia casa, viendo como decirle a su madre que quería llevar a Winter al jardín sin parecer una completa loca y sin esperar nada a cambio?

Bueno, si esperaba algo a cambio, pero no era nada material, si no que era la magnífica presencia de Myoui Mina en el feo jardín de su hermanita

— ¿Hija?— preguntó la mujer, dejando un poco la olla de lado para mirar a la coreana.

Chaeyoung se había desconcentrado al oler el exquisito aroma de estofado de cerdo que seguramente su madre estaba cocinando con esmero en esa olla. Y le dio ternura ver el pequeñito cuerpo de Winter adormilado y enroscado a la cadera de la mujer, estaba muerta de sueño, pero Winter amaba tanto la comida que no se dormiría hasta haber comido lo que veía en la olla. Volvió en si al escuchar la voz curiosa de la pelinegra mayor, y sonrió torpemente al ver la ceja enarcada en curiosidad.

 ❝ Kindergarten girl ❞ || MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora