𓏲 Extra O2

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Una semana después de haber invadido la casa de su hermana, Winter estaba nerviosa sentada en el sofá de la habitación de su mejor amiga

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Una semana después de haber invadido la casa de su hermana, Winter estaba nerviosa sentada en el sofá de la habitación de su mejor amiga.

Tal y como lo había dicho Chaeyoung, apenas llegó a casa la mañana siguiente, tanto su madre como su padre se lanzaron a abrazarla casi al punto de llorar por la desesperación de no saber donde se encontraba su hija más pequeña. Y luego de haber sido mínimamente reprendida, faltando al colegio y todo, se encerró con su madre en su propia habitación a conversar. Recordó las palabras de Chaeyoung y aunque le costó un poco, se abrió y se permitió decir todo lo que había dicho ayer e incluso más, sintiendose torpe, confundida y avergonzada cuando al terminar fue abrazada y consentida por su progenitora, quien le aseguró que nada estaba mal y la apoyaba de igual manera fuese como fuese, porque era su pequeña hija consentida.

Así que Winter terminó con una paz y un alivio tremendo luego de aquello, volviendo a hablar con su hermana horas después para contar como había ido todo, y recibiendo una felicitación y un te lo dije que le hizo enojarse en broma.

Ahora mismo, una tonta película de terror se reproducía en la televisión de la pelinegra, y ellas no habían encontrado mejor opción que tirarse en el pequeño sofá de dos cuerpos en donde sus hombros se rozaban y evitaban mirarse lo más posible.

Toda esa semana fue incómoda para ambas, ellas en general no eran las mejores amigas más parlanchinas, pero luego de aquel beso que compartieron su comunicación decayó y en los recesos ambas se mantenían juntas, pero horriblemente calladas e incapaces de mirarse al rostro sin que alguna de las dos se sonrojase. De hecho Karina invitó por mensaje a Winter a ver una película siendo que estaban sentadas lado a lado a la hora del almuerzo.

Y allí estaba Winter, mordisqueando su mejilla interna e incapaz de prestarle atención a la película porque hasta la respiración de su mejor amiga le desconcentraba y los dedos de Karina estaban tentativamente cerca de los suyos. Hasta el aroma a chocolate que tenía Karina le llamaba y ella se sentía tan nerviosa que en cualquier momento diría cualquier idiotez con tal de quebrar el incómodo momento.

Ni si quiera era capaz de levantarse para ir a mojarse la cara al baño, porque el tacto de Karina contra su hombro era demasiado agradable y temía no poder volver a estar en una situación así sin que se viera demasiado extraño. ¿Desde cuando le gustaba tanto que Karina le tocase?

La vez anterior ni si quiera sabe por qué besó a Karina, simplemente ambas estaban semi-recostadas en la cama leyendo un manga, entre las dos. Los labios bonitos, rosas y finos de Karina leyendo en voz alta fueron lo suficiente como para inclinarse hacia ella sin razón y besarla de un impulso. Se había tragado las palabras de Karina incluso mientras ella leía y pudo verle soltar aquel libro con manos temblorosas hacia su regazo. Era un choque de labios simple y soso demasiado impulsivo, su mejor amiga pudo haberse apartado en un segundo de eso, pero en cambio solo bastaron dos para que Karina le siguiese aquel tonto beso con una inexperiencia adorable e hiciese puños aquellas manos bonitas en las piernas de Winter.

 ❝ Kindergarten girl ❞ || MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora