Epílogo

209 32 3
                                    

-¡Levi! ¡Levi!-exclamó la castaña con lágrimas en los ojos, sudaba por el esfuerzo que había hecho hace unos momentos, su corazón palpita con fuerza sintiendo una gran oleada se sentimientos, alivio, cansando y sobre todo felicidad, por fin había dado a luz-. ¡Nuestro pequeño Bruno esta aquí!

Hanji abrazaba al pequeño ser con amor, acojiendolo con sus brazos mostrando protección, derramaba lágrimas de felicidad; el joven Ackerman acarició la mejilla del su inocente hijo que aún lloraba para intentar calmarlo al mismo tiempo que besó la frente de su novia.

Los llantos del bebé se aplacaron un poco.

-Te amo Levi-dijo Hanji mirándolo con cariño-. Y también te amo mi Brunito-ella abrazo con delicadeza a su descendiente.

-Te amo Hanji, prometo crear una buena vida para nuestra familia-afirmó el azabache mirando a su futura esposa e hijo con amor.

Ahí los dos jóvenes le dieron gracias a la vida, por tan bellos momentos.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Desde un pasado ambos jóvenes, sentían algo especial el uno por el otro, pero por ser algo orgullosos ninguno había tenido el valor de confesar sus sentimientos (en especial Levi), el ya mencionado creía que su amor hacía la joven de anteojos era una simple ilusión. Verdaderamente ni el Ackerman ni Zoe pensaron que terminarían formando una familia.

Un poco más de cinco años son los que han pasado desde que el pequeño Bruno nació. Y bueno, han ocurrido muchísimas cosas ese entonces.

Tanto Levi como Hanji, concluyeron sus estudios medios superiores, y el varón decidió estudiar para ser abogado mientras su pareja decidió dedicarse al hogar, su rutina seguía siendo más o menos la misma o cuando ella estaba embarazada, aunque eso si, Levi volvió a ser el mismo tsundere de antes. Los padres de ambos jóvenes los visitaban con frecuencia para regalarles obsequios, pasar el tiempo con ellos y ver al precioso bebé.

Al año de terminar la preparatoria, su vida ya se había acoplado de buena manera, el pequeño Bruno estaba aprendiendo a caminar y había dicho sus primeras palabras.

Cuando Brunito cumplió tres años, su padre Levi Ackerman.... ¡Le pidió formalmente a Hanji qué se casará con él! Obviamente ella aceptó sin dudar.

La ceremonia fue algo sencilla pero muy memorable. Los anillos fueron un regalo por parte de los Zoe.

Los ahora señor y señora Ackerman eran un matrimonio lleno de amor y comprensión, formando así una familia bastante bonita y peculiar, podrían vivir bien, no habia maltrato ni abusos de ningún tipo pero como en cualquier familia estaban presentes las inseguridades, sobre todo por Bruno, ya que, se dio cuenta que sus padres estaban actuando demasiado raro.

El pequeño azabache de ojos marrones jugaba con sus juguetes en la sala de su casa, cuando de repente escuchó susurrós de sus padres, los cuales, se hayaban en la cocina.

«¿De que hablaran?» pensó moviendo su carrito.

Al pequeño Ackerman le ganaba la curiosidad por saber que era lo que le ocultaban, era demasiado agobiante ¡era demasiado curioso y no pudo resistir!

-Jiji-sonó al escabullirse para escuchar la conversación de sus papás.

-¿Crees que es momento para decirle?-cuestionó Hanji algo insegura recargandose sobre la mesa.

-Es lo mas sensato, tarde o temprano lo sabrá, a la hora de la comida debemos decirle-contestó Levi de brazos cruzados.

«¡¿QUÉ?!» exclamó el niño intername «¿será qué....?» él, pensó lo peor.. Osea, qué sus padres se iban a divorciar.

En todo el transcurso de las horas para la hora de comer, Bruno se encontraba sentado abrazando sus piernas y con una mirada triste y desanimada. Los mayores lo notaron y optaron por preocuparle porque actuaba así de raro de la nada.

-¿Hijo, que te sucede?-preguntó la castaña agarrando el hombro de menor.

-Mami...-el de ojos marrones comenzó a temblar.

-¿Por qué actúas tan raro, Bruno?-cuestionó el Ackerman con seriedad.

-Mamá, papá ¡déjense de ocultarme la verdad!-reclamó el infante con lágrimas en los ojos-. Escuché su conversación.

Los dos adultos se miraron y cruzaron miradas, y sonrieron con complicidad.. Pensaron... ¿Él piensa qué...?

-Supongo que te lo diremos ahora, mocoso queríamos decírtelo en el momento adecuado, pero, no quiero que te hagas ideas erróneas-dijo Levi acariciando la cabeza de su pequeño.

-Bruno... -llamó Hanji ejecutando el mismo acto qué su esposo, pero ella, se sentó al lado del infante con gran delicadeza-. ¡Digamoslo al mismo tiempo, Levi!

-Muy pronto tendrás un hermanito, para que juegues-dejeron ambos Ackerman al mismo tiempo.

Un «¡¿eh?!» salió de la boca del niño, el cual, al poco rato de escuchar dicha noticia, una gran sonrisa se formó en el rostro de Bruno, dio unos cuantos brincos para abrazar a sus papás.

-¡Tendré un hermanito! ¡Tendré un hermanito! ¡Tendré un hermanito! -no paraba de repetir.

-Bueno,en realidad no estamos seguros-comentó Levi con una pequeña sonrisa-. Hanji lleva un mes de embarazo, así que no sabemos el sexo del bebé.

-¡No importa papá!-Bruno siguió exclamando con felicidad-. ¡Sea niño o niña!... ¡Lo voy a querer mucho!

Una suave sonrisa se formó en los tres Ackerman.

El ciclo de hace cinco años se volvería a repetir, pero esta vez será diferente, con el apoyo de su esposo e hijo, se formarán lindos recuerdos.

La familia sería más feliz y únida qué nunca.

-Los amo tanto-declaró Hanji abrazando a los dos varones a su lado.-Tanto, tanto.

-Nosotros también, te amamos-dijeron los dos azabaches besando en la mejilla a la castaña.

«Nueve meses»

¿Les gustó?

¡Muchas gracias por sus lecturas!

𝑵𝒖𝒆𝒗𝒆 𝑴𝒆𝒔𝒆𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora