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Esa misma noche, Lu Xin llamó a su madre para contarle lo que había pasado ese día, no quería preocuparla, pero tampoco que ella estuviera perdida y que por eso alguien le hiciera algo.

Se encontró con la sorpresa de que el Elder Li se la había llevado a su mansión, según el porque estaba muy aburrido y quería compañía.

Leng Wen se había quedado ahí esa noche, y por la mañana se encontró una comida de perros mañanera.

La niña había hecho un desayuno mexicano, y Li Jiwei se estaba aprovechando de ella diciendo que no sabía como comerla, para que ella lo alimentara.

Tampoco fue una sorpresa, para ninguno de los dos, que el Elder Li se halla llevado a la mamá de la niña a su mansión, el viejo quería asegurar a su futura nieta política y le estaba allanando el camino a su nieto con su suegra.

Leng Wen se burló para dentro de si, ninguno de los dos, abuelo y nieto, puede aguantar para atrapar a la pobre niña, no dudaba que este bastardo le dejara un regalito antes del matrimonio solo para casarse con ella.

Al terminar de desayunar, Lu Xin subió a su cuarto para buscar algo apropiado para la Junta.

No podía ser algo demasiado elegante, pero tampoco tan jovial, asi que optó por un pantalón alto de color crema, una blusa blanca de tirantes, un saco crema y unos zapatos de lijero tacón alto.

El cabello se lo hizo en una media cola, solo se puso brillo labial, perfume y cogió todo lo necesario en un bolso, en la cual iba su laptop.

Ambos hombre ya habían terminado de arreglarse y estaban esperando a la joven que iba con ellos.

Al escuchar el sonido de los zapatos, subieron la mirada solo para quedar asombrados al ver la apariencia de la chica.

Ella era hermosa, eso nadie lo podía negar, pero siempre había tenido esa apariencia de niña y ese aire de inocencia, ahora, se veía, en pocas palabras, caliente, el traje que traía puesto la hacía parecer mayor pero sin perder la juventud, y la ropa junto a su apariencia llamativa, hacía imposible que se le sacaran los ojos de encima.

Li Jiwei fijó sus ojos de alcón en su amigo, logrando que este se estremeciera y apartara la mirada de inmediato.

"Te ves hermosa" la halagó el.

"Gracias Gege" dijo ella sonriendo y se marcharon con Leng Wen detrás.

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El Maybach negro con la matrícula de la capital que solo una familia poseía se detuvo frente a la empresa de los Leng.

El chófer bajó primero para abrirle la puerta, el primero que bajó fue un hombre de cabellos y ojos oscuros, vestido con un traje azul claro.

El segundo fue uno de ojos azules y cabellos negros, con un traje del mismo color, quien extendió su mano a alguien que todavía estaba en el auto.

La última fue una mujer joven, con unos llamativos ojos dorados, vestida con un traje de color crema y con un bolso a su lado.

Los tres caminaron juntos hasta la empresa, subieron al ascensor de los accionistas y subieron al último piso.

Llegaron tarde a al reunión, pero no era como si a alguno le importara, ellos eran los jefes mayores por asi decirlo.

Al entrar al lugar, ya estaban todos allí, el Elder Leng, sus dos hijos mayores, uno quien era el padre de Leng Wen, su hermano, hermana y primo menor. También estaban ambas esposas de ambos hombres.

Una Latina en ChinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora