CAPITULO 10

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Seokjin soltó el aire que había estado aguantando. Una tímida sonrisa empezó a cruzar sus labios. —¿Y quieres que viva aquí?

—Sí.

—¿Sin limpiar establos?

Taehyung tuvo que apretar sus labios durante un momento para mantener su euforia por las palabras de Seokjin bajo control. Podía sentir su corazón acelerarse, y de repente deseó que no estuvieran sentados al lado de la carretera, expuestos a quien pasara por ahí. Tenía una necesidad desesperada de tomar a Seokjin en sus brazos y probarle al hombre que estaba tomando la decisión correcta.

—Sin limpiar más establos Seokjin.

—Entonces supongo que podría quedarme. —Los dedos de Seokjin empezaron a tirar de la costura de sus jeas. —Quiero decir, si tú quieres.

Taehyung se movió por la cabina de la camioneta y envolvió ambas manos alrededor del hermoso rostro de Seokjin. —Quiero que te quedes Seokjin, tanto como quieras estar aquí. Y realmente espero que sea un largo tiempo.

—Eso me gustaría, —susurró Seokjin.

—A mí también. —Taehyung se inclinó con su cuerpo, atrayendo el rostro de Seokjin hacia él casi al mismo tiempo. El beso fue gentil comparado con su habitual frenesí de necesidad, pero poderoso al mismo tiempo. Lo puso todo en su beso, todas las emociones que estaba asustado de poner voz.

El beso de Taehyung fue lento, considerado. Sintió la presión de los labios de Seokjin contra los suyos, el suave barrido de la lengua del hombre rozando la suya. Taehyung gimió y se dejó llevar por la gentil pasión del beso.

Taehyung de mala gana alzó la cabeza y miró los aturdidos ojos de Seokjin.
—Te quiero aquí Seokjin. Quiero que estés a mi lado, en mi cama, y en mi vida. Quiero despertar cada mañana contigo a mi lado e ir a la cama cada noche sabiendo que estarás ahí cuando despierte.

La respiración de Seokjin se atascó en su garganta. El hombre tragó tan duro que su nuez de adán subió y bajó por su garganta. Su mano se alzó para cubrir la de Taehyung que estaba cubriendo su mejilla, presionándola como si nunca quisiera alejarla.

—Sí, Voo.

Taehyung sonrió, incapaz de aguantar la euforia. Seokjin le estaba dando exactamente lo que deseaba, bueno casi. Taehyung habría preferido palabras de cómo se sentía Seokjin, pero sabía que tenía que ir paso a paso. Seokjin había sido emocionalmente abandonado por su familia, igual que físicamente. Le tomaría un poco más de tiempo abrirse a lo que Taehyung le ofrecía y podía esperar mientras supiera que estaban en la misma página. Si Seokjin tenía un interés personal en ver a donde iba su relación y el compromiso de quedarse, Taehyung podía esperar un largo tiempo.

—¿Qué tal si vamos por esa hamburguesa precioso?

—Eso estaría bi... —las palabras de Seokjin de repente se cortaron cuando la puerta del pasajero en la que estaba apoyado se abrió y empezó a caer.

El corazón de Taehyung se detuvo en su pecho. Agarró a Seokjin para evitar que cayera al suelo. Podía haberse herido seriamente o peor. Era cuando agarró las manos de Seokjin cuando Taehyung notó la figura tras Seokjin, sacándolo de la cabina de la camioneta. Taehyung se movió a través del asiento cuando Seokjin fue sacado de la camioneta y tirado al suelo.

—¡Minho! —gritó Taehyung cuando luchó por salir de la camioneta. —¿Qué mierda estás haciendo?

La respuesta de Taehyung vino en forma de un puño en su rostro. Gruñó y cayó contra el asiento mientras el dolor hacía que sus ojos se aguaran. —¿Qué mierda pasa Minho?

EL VAQUERO (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora