EL VAQUERO (Libro I)

CAPITULO 11

Seokjin rio por el entusiasmo de Taehyung que lo estaba arrastrando por la mano a través del patio al establo. Decía que tenía algo especial que mostrarle y Seokjin se resistía a quitarle el entusiasmo al hombre. Taehyung había estado de mal humor los últimos dos días, desde el ataque de Minho. Viendo su cambio de conducta de eso a un colegial hizo pensar a Seokjin que quizá estaban empezando a superar el incidente.

Habían informado al comisario del ataque, pero decidió no presentar cargos. Seokjin pensó que aumentaría la hostilidad entre la familia Choi y la Kim. Sólo quería olvidar todo y concentrarse en estar con Taehyung. Eso dominaba sus pensamientos desde los últimos días.

Seokjin sabía que sentía por Taehyung y desde hacía algo de tiempo. Adoraba al hombre hasta sus pequeños dedos de los pies. Sólo no sabía que sentía exactamente Taehyung por él, no seguro. Claro que el hombre tenía alguna conexión emocional si sintió la necesidad de invitar a Seokjin a quedarse. Eso no significaba que Taehyung estuviera enamorado, a pesar de su temprana declaración. La palabra "amor" realmente no había sido dicha, no exactamente. Pero Taehyung no parecía el tipo de hombre que metía a alguien en su casa sólo porque quería un rollo.

—Vamos Seokjin.

—Ya voy, ya voy. —Seokjin rodó sus ojos cuando Taehyung rio por lo bajo.

—Bueno, sube la escalera y tendrás tu deseo.

Seokjin miró la alta escalera que llevaba al segundo piso. Se veía vieja, la madera desteñida y gastada. Se estremeció. —¿Estás seguro de que esto es seguro?

—Vamos gato asustado. —Taehyung agarró el primer peldaño y subió la escalera hasta que llegó arriba. Seokjin observó a Taehyung balancearse por el borde luego girar e inclinarse para mirar abajo.

—Vamos Seokjin, es perfectamente seguro. Seokjin tenía serias dudas de la seguridad de algo en el viejo establo, pero no podía negar la sensual sonrisa del rostro de Taehyung que prometía cosas maravillosamente malvadas si llegaba arriba del establo.

—Bueno subo, pero mejor reza para que la maldita escalera no se rompa, o vas a hacer más que lamer mi culo.

Seokjin agarró el primer escalón de la escalera, vacilando cuando crujió. Respiró profundamente y subió el siguiente escalón, luego el siguiente y el siguiente hasta que llegó arriba. Taehyung extendió su mano hacia él y Seokjin agradecidamente fue a los brazos del hombre que lo sostenía.

—Dime que hay una manera más fácil de bajar.

Taehyung rio. —Bueno siempre podemos usar las cuerdas que suben los fardos de heno y bajar nosotros o simplemente saltar por el borde. Debería haber suficiente heno para amortiguar nuestra caída.

—Y es por eso por lo que no sería un buen ranchero. —Seokjin rio.

—Pero hay tantas ventajas en ser un ranchero, —Taehyung dijo lentamente.

Seokjin arqueó una ceja al hombre. Taehyung tramaba algo. Podía verlo en la sonrisa torcida en su rostro. —¿Cómo qué?

Taehyung agarró la mano de Seokjin y lo metió más en el piso alrededor de los fardos de heno. Se detuvo de repente y ondeó su mano tras él. —Esto, por ejemplo.

Seokjin miró más allá de Taehyung luego dio un par de pasos para ver de más cerca. Cuando lo hizo, la boca de Seokjin cayó abierta en shock. Había ante él un refugio construido con fardos de heno. Fardos de heno rodeaban el área por tres lados, dándole una sensación de total privacidad. Una gran manta marrón entraba estirada sobre el suelo de heno. En un abrir y cerrar de ojos luces festivas se encendieron en las vigas y le daba a la pequeña zona un bajo brillo romántico. Suave música sonó lentamente de fondo.