EL VAQUERO (Libro I)

CAPITULO 16

—Voo, ¿qué va mal? —Seokjin preguntó mientras abría la puerta. —¿Alguien está herido? ¿Algo pasó?

Taehyung cerró sus ojos e intentó mantener sus lágrimas alejadas, pero bajaron por sus mejillas de todas formas. Sabiendo la futilidad de intentar detenerlas cuando su corazón estaba roto, los abrió de nuevo y miró a Seokjin.

—Por favor no te vayas, —Taehyung susurró—. Siento haberme enfadado contigo. Siento haber gritado. Juro que no lo haré de nuevo. Sólo... —Taehyung tragó y miró donde sus manos estaban envueltas en el volante, incapaz de mirar a Seokjin en caso de que viera rechazo. —Te amo y no quiero estar sin ti. Si no quieres sexo conmigo, lo entiendo, prometo nunca pedirlo de nuevo. Sólo...por favor no me dejes Seokjin.

—Jesús Voo, ¿es eso lo que pensabas que estaba haciendo?

—¿No lo es?

Taehyung se sacudió cuando Seokjin de repente lo agarró y lo atrajo al borde de la puerta. No pudo evitar el estremecimiento que pasó por su cuerpo cuando los fuertes brazos de Seokjin lo envolvieron. Se inclinó hacia delante y enterró su rostro en el cuello de Seokjin, respirando la esencia masculina del hombre.

—Oh bebé, no me voy —susurró Seokjin contra su cabeza. —Nunca te dejaría Voo.

—¿Entonces a dónde vas? —Cuando Seokjin rio, una risa nerviosa, Taehyung se echó para atrás para mirar el rostro del hombre. Estaba sorprendido de encontrar un ligero sonrojo. —¿Seokjin?

—No iba a pedírtelo de este modo, —dijo Seokjin. Taehyung frunció el ceño, preocupado por el modo en que Seokjin lo estaba mirando, la timidez de sus palabras.

—¿Pedirme qué?

—Tuve una pequeña charla con tu Pa, y me hizo ver las cosas que me estaba perdiendo. Me hizo mirar detenidamente lo que deseaba. —Seokjin sonrió con arrepentimiento. —Y me hizo ver que eres lo mejor que me ha pasado nunca, sería un tonto si te dejara ir.

La respiración de Taehyung quedó atrapada en su garganta. Se inclinó en la mano que Seokjin pasaba por su rostro, necesitando el contacto más de lo que necesitaba el aire. —No me dejes ir, —susurró, rogando con todo su corazón que Seokjin no fuera un tonto.

—Ahí es a donde voy Voo, al pueblo a conseguirnos unos anillos.

—¿Anillos?

—Quería pedirte que te casaras conmigo.

—¿Ca-casarme contigo?

—Sí Voo. —La mano de Seokjin se movió por su rostro otra vez. —Quiero que te cases conmigo. Quiero pasar el resto de mi vida mostrándote cuanto te amo.

Taehyung sintió alegría empezar a llenarlo por las palabras de Seokjin. No podía pensar en nada que deseara más en el mundo que pasar su vida con Seokjin, pero...
—Sé que prometí no preguntar, pero necesito saber. Si me dices que hice, juro no volverlo a hacer nunca.

Seokjin frunció el ceño.
—¿Qué hiciste?

Taehyung tragó antes de contestar, sus ojos alejándose de la intensa mirada de Seokjin. —¿Qu- qué hice que hizo que no desearas es... estar más conmigo?

—Taehyung quiero estar contigo. ¿De qué crees que va todo esto?

—Entonces ¿por qué ya no me tocas? —Taehyung vacilante miró los ojos profundos de Seokjin, asustado de lo que podría ver. —Apenas me miras, y prácticamente sales corriendo de la habitación cuando alguno de los dos está desnudo. Tú... tú ni siquiera me besas.

—Joder Taehyung, crees...

Taehyung gimió cuando los labios de Seokjin cubrieron los suyos. Se sintió como si hubieran pasado semanas, quizá años, desde que sintió los labios del hombre presionarse contra los suyos, desde que saboreó el sabor único de Seokjin. En un parpadeo, el deseo de Taehyung explotó y fue de inexistente a feroz.