5 de Octubre
Ha llegado el día, hoy me voy a París.
Son las 2:00 am y nuestro vuelo sale a las 7:45 am y como siempre pues no puedo dormir por los nervios, todavía sigo pensando si ha sido una buena idea venir, encima no me para de petar el móvil con tantos mensajes que me llegan de la Chupi Pandi que prometo que me tienen harto, he pensado en bloquear la cuenta y definitivamente eso hice.
El avión ha salido a las 8:00 am por mi culpa, cuando debería de haber salido a las menos cuarto, pero todo ha sido culpa de los guapetones/as de la Chupi Pandi que lo único que saben es fastidiar. Todo ha empezado cuando eran las 7:00 am y yo estaba saliendo del hotel, porque todos los que íbamos a ir al viaje nos habíamos quedado en un hotel cerca del aeropuerto para no llegar tarde, y cuando iba a salir la puerta no se abría porque los graciosillos hicieron una maniobra para que la puerta se quede atascada, y pues solo se me ocurrió saltar por la ventana, pero bueno que no era para tanto porque estaba a un metro mi ventana del suelo, eso sí, la gente me miraba raro, pero bueno, estoy acostumbrado.
Total que al final he llegado, y aquí estoy, en el avión aburrido.
En París, Francia...
¡Por fin! En el hotel, en París, pero lo que me ha pasado hoy..., madre mía.
Habíamos salido del aeropuerto y un Uber, bueno, uno no, bastantes, nos había recogido para llevarnos al hotel, cuando he entrado al hotel me he quedado boquiabierto era muy lujoso y a la vez muy moderno, me ha encantado.
Estaba toda la recepción llena de chicos/as adolescentes, porque no solo estábamos de intercambio los adolescentes de Madrid, sino de más ciudades de España. Cada ciudad estaba apartada en un sitio diferente de la recepción del hotel y mi ciudad, Madrid, estaba a los lejos del todo, es decir, que íbamos a ser los últimos en hacer el Check-in. Nos dijeron que todavía quedaba mucho para que nos tocara hacer el Check-in y que podíamos cotillear un poco el hotel, así que dejé mi maleta y empecé a meterme por todos lados, era un laberinto.
Pasaron 30 minutos desde que empecé a investigar el hotel, cuando me di cuenta que todavía no nos tocaba, cuando de repente me dio por investigar a los chicos y chicas de las ciudades y ví a ELLA.
Una chica guapísima, ojos marrones, pelo no muy largo y castaño, y con cuerpo de modelo. La ví y me recordó a Kendall Jenner, pero ni en mis sueños me la encontraría.
Fue cuando yo la miré y ella me devolvió la mirada y me sonrió, en ese momento sentí adrenalina por el cuerpo. No pude dejar de mirarla pero por educación decidí parar de mirarla, pero no paré de pensar en ella. ELLA y su ciudad se iban yendo para sus habitaciones y no me resistí y la seguí mirando, estaba un poco atontado, la verdad. Fue en ese momento cuando el idiota de Hugo me lanza un vaso de agua, y me dice...
- ¡Pringado! Espabila, ¿te crees que esa chica se va a fijar en ti?
En ese momento me dieron ganas de pegarle, pero no lo hice, me callé y me di media vuelta. Mis lágrimas le faltaban poco para que cayeran sobre mi piel por la frase que me dijo Hugo, me decidí llorar cuando nadie me viera.
Tocaba mi turno de pasar por el Check-in y me asignaron la habitación número ''1100'' así que en cuanto me dieron mi llave cogí me maleta y me fui corriendo a mi habitación para quitarme de encima a Hugo y a todos.
Si me vierais llorando, con la maleta, con la mochila, con la llave y la chaqueta y encima perdido porque no sabía por dónde estaba mi habitación, os reiríais de mí. Literalmente estaba perdido, no sabía por dónde era, cuando noto por detrás mía una mano tocando mi hombro, me di la vuelta y era... ELLA, me daba vergüenza mirarle y hablarle, pero a ella no.
- ¡Hola!, ¿estás bien? - Me dice la chica con una sonrisa maravillosa.-
- Hola... la verdad es que no, pero lo único que me importa es encontrar mi habitación y encerrarme allí. -Le dije cabizbajo.-
Me sorprendí de mí mismo por la seguridad con la que le hablaba, sentía que podía tener confianza con ella.
- Ven, te llevo a tu habitación, ya me conozco de memoria el hotel y sé dónde está. - Me dijo la chica-
- Gracias... -Le digo con cara de tener vergüenza.-
- Aquí está, está en frente de la mía. -Me dice, con una sonrisa.-
- ¡Oh! ¡Gracias!, me presento, me llamo Jack. -Le digo con los ojos llorosos-
- Encantada, me llamo Sara. Si necesitas algo me tienes aquí, ya que te veo mal.
- Lo mismo digo. -Le sonrío-
Entré a mi habitación, con ganas de tumbarme en mi cama a llorar tranquilo escuchando música sad. Y eso hice, estaba muy mal por lo que me dijo Hugo pero por otro lado estaba feliz por la conversación que había tenido con Sara, porque me sentía muy seguro con ella, me gusta, y sí no la conozco pero es obvio que me gusta.
2 horas después
Escuchó como me tocan la puerta a puñetazos, así que decido abrir para decirles que pararan, y adivinad quién era, HUGO.
- Te recomiendo que no le dirijas la palabra a Sara, ella es para mí, no se fijará en ti.
- ¿Sara?, ¿la chica de Barcelona?
- Sí, sí, esa Sara.
- 2 cosas, la primera, Sara no es de nadie, no es un juguete como para manejarla es más solo la quieres porque es guapa, y la segunda, para la próxima vez llamas a la puerta, normal, porque parece ser que no eres normal llamando a puñetazos.
Justo después de decirle yo eso se calló y se marchó, yo enfadado cerré de un portazo la puerta, es más, creo que hasta Sara se ha enterado del portazo que he metido.
10 minutos después
Me tocan otra vez la puerta. Mientras que abro la puerta...
- QUE PARES YA PESADO. - Le dije extremadamente furioso.-
Obviamente no era Hugo si no que era Sara, y me sentí como un tonto, hablándole así.
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Un cuento perfecto
RomanceJack, un chico totalmente vacío de sentimientos, sin ganas de vivir, muy negativo y con pocas esperanzas de encontrar a esa persona con la que se pueda sentir seguro, no sabe lo que le va a suceder. ¿Quieres conocer su historia y lo que sucedió? Te...