O2

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—Tae..., ¿Puedo pasar?— Yoongi tocó con suavidad la puerta. La mañana clara alumbraba el palacio, y su suave brisa entraba por las cortinas, haciendo la tela bailar. 

El omega se removió entre las sábanas, su cuerpo se sentía pesado, y muy cansado, como si un trozo de vida hubiese abandonado su cuerpo. 

La luz entró por su ventana, escuchaba suaves pajarillos cantar con alegría. 

—Adelante...— Susurró, su voz se escuchó algo seca, debido a la noche. 

Su hermano entró con una leve sonrisa, cerrando la puerta tras su silueta. 

Yoongi le miró, cruzándose de brazos. 

—¿Pretendes quedarte así por el resto de tu vida?— 

Tae se incorporó en la cama, con el camisón del pijama descolocado, y el pelo algo revuelto. 

—No tengo ánimos de salir...— Murmura, apunto de cerrar de nuevo los ojos cuando Yoongi abrió con rudeza las cortinas, dejando que toda la luz entrará a la habitación. 

—Debes salir, Padre y Madre quieren hablar contigo..., Y creo que son buenas noticias...— Dijo emocionado, acercándose a su hermano. —Vístete, debes estar presentable, baja a desayunar, me han contado algo, y es muy muy bueno...— Una gran sonrisa se instaló en el rostro del omega menor. 

Tae gimió en desapruebo, frotando sus ojos. —Espero que tengas razón... De lo contrario tu tendrás la culpa.— 

Taehyung mostraba sus cabellos grises peinados, sus mejillas rojizas, en su rostro y cuello se mostraba la más bonita joyería, que nunca le haría justicia a ese rostro fino y bello. 

Al bajar las escaleras del palacio tomó los bordes de su vestido, para no pisarlo. 

Con delicadeza caminó hasta la sala de reuniones, donde sus padres aguardaban su espera. 

Al llegar saludó a sus padres, su madre con una pequeña sonrisa, y su padre, con una expresión de ternura. 

Se sentó en los sofás de terciopelo que inundaban el palacio, las ventanas abiertas, haciendo el ambiente agradable y cómodo. 

—Buenos días hijo...— Saluda su padre, Tae sonríe y se sienta, saludando de igual forma. 

—¿Cual es esa noticia que tienen que darme?, Estoy impaciente...— Murmuró Taehyung, con una leve sonrisa, a pesar de sentirse molido físicamente. 

En su cuello, la marca cada vez se veía más oscura, y más horrible. 

—Bien..., Tú padre y yo..., Hemos decidido por tu salud, y por el futuro de nuestro reino que te volverás a casar...— 

Al escuchar las palabras de su madre Taehyung parpadeo un par de veces, mirando incrédulo a sus padres.

—¿Volverme a casar?— Habló, tragando saliva. Su corazón comenzó a latir con rapidez, sus puños se cerraron sobre la tela de su vestido. 

—Como bien escuchaste decir al Doctor Kim, si un alfa vuelve a marcarte es posible que sobrevivas..., Por ello, hemos estado tramitando y buscando un buen cónyuge para tí.— 

—¿Y Yongsun?— Preguntó por su hija, que a esta hora de la mañana aún dormía en la alcoba cercana a la suya. —¿Cómo un alfa aceptará a un omega que ya ha sido marcado, y que además tiene una heredera que no es suya?— Sus labios comenzaron a temblar, temiendo tener otro matrimonio tan devastador como el anterior. 

—Por ello, hijo mío, estamos buscando al alfa adecuado..., El reino Kim necesita que seas fuerte, necesitamos un heredero varón, y puede que con un alfa de buen porte nos lo podáis dar...— 

Taehyung suspiró al escuchar las palabras de su padre, apretó los ojos y asintió. 

—¿S-sabéis...quién será?— Preguntó con la voz algo rota. 

Su madre tomó sus manos, acariciándolas con suavidad. 

—Pensábamos en el heredero del reino Jeon, es un buen alfa y tiene buena sangre, cielo...— Habló ella. —No te dejaré en malas manos, te lo aseguro, solo necesitamos un pequeño más...— 

Taehyung asintió, una pequeña lágrima cayendo por su mejilla suave. Su madre lo abrazó levemente, intentando consolarle. 

Quizás la vida quería darle una segunda oportunidad..., Pero estaba muy muy asustado. 

—Es un buen alfa...— Habló Yoongi, Tae sonrió levemente. —Le conocí en una de las fiestas de compromiso de sus hermanas...— 

—¿Y qué te pareció?— Preguntó curioso el peligris, acariciando los cabellos revueltos de su hija, que dormía agusto en su regazo. 

—Era alto, muy alto, tenía los hombros anchos, cual árbol de roble, tenía el rostro afilado, pero era agradable y tierno...— Yoongi le sonrió, las mejillas de Taehyung se tiñeron de rojo. 

Cada vez asimilaba más que debía casarse, y si aquel alfa era tan increíble como decía Yoongi quizás no sería tan malo. 

El patio del palacio era recorrido por pajarillos y diversos animalillos. 

Sus pies descalzos acariciaban la hierba algo húmeda, ansioso por conocer más sobre su futuro esposo y alfa. 

—¿Tenía buenos modales?— 

—Los mejores, saludó a cada dama que entró a palacio, y aún así no invitó a bailar a ninguna, bebía poco, y de forma moderada, todas las damas babeaban por él...— Dijo con entusiasmo, Tae mordió su labio, mirando al horizonte. 

—Ojalá tengas razón...y no le importe que no sea...Un omega puro.— Bajó la mirada, suspirando. 

Yoongi negó, acariciando su hombro. 

—Tae..., Eres el omega más puro que conozco..., Y estoy seguro de que a aquel alfa no le importará tu pasado...— Le regaló una sonrisa suave, y Tae asintió, creyéndole.

Desde que se presentó como omega, el reino entero cayó a sus pies, y desde entonces todos adoraban su belleza. 

Su piel dorada, tostada y suave, sus ojos color miel, con un brillo digno de admirar. Sus labios eran gruesos y rojizos, su nariz fina, sus cabellos eran grisáceos, suaves. Sus vestidos siempre dejaban a la vista sus hombros y clavículas, que cualquier alfa querría besar y marcar. Su cuerpo era fino y elegante, esbelto, cada curva y cada centímetro siendo perfectos. 

Y quizás, solo quizás, Jungkook sería el alfa digno de tocar aquella piel lastimada por manos equivocadas.  








Honeyfu

Daddy's Home - KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora