¿y si te dijera te quiero?

las cataratas en casa

Ya habíamos aterrizado cuando me despertaron. Salí y, después de despedirme de mis amigas, cogi un taxi y me fui a lo que sería mi primera casa en Estocolmo.

El hotel era precioso. Estaba en una calle muy ajetreada. Llena de ruido y tráfico, pero la construcción parecía de otro mundo. Era vieja y tenia unas rosas en la puerta. Me encantan las rosas. Es mi flor preferida. Las amo.
Subí las escaleras con mi maleta a cuestas ya que no había ascensor. Quinto piso y yo seguía subiendo. Ya está, el séptimo y último piso. Llegue con la lengua fuera pero contenta. Deseando ver mi nueva casa.

Abrí la puerta y... ¡HORROR! Estaba inundada. El agua salía de una cañería como si fuese una catarata y no es que estuviese especialmente limpia...
-¡QUE ASCO!- Grité. Por supuesto pensaba que nadie me entendería.

-¿El Qué?

-Una asquerosa y vieja cañería reventada- había contestado sin darme cuenta y lo que es peor. Sin saber quien hablaba.

Me giré. Y vi a un chico rubio, de ojos verdes y cuerpo esqueletico pero en buena forma.

-Hola! Soy Javier y creo que vamos a ser vecinos- dijo con una sonrisa

Le Sonreí y asenti. Es guapo pensé. Aunque lo debí pensar en alto ya que se echó a reír haciéndome sentir como una tonta.

-eh... ¿Tú como te llamas?

-yo? Esto... - ¿como un sueco hablaba tan bien español? Y lo peor... ¿por que no contestaba a su pregunta?- María, aunque mis amigos me llaman meri. Es más corto y bonito.

Me observó con curiosidad y con cierta diversión.

-¿Qué? ¿Qué pasa?

-Tienes agua hasta los tobillos. Creo que será mejor que cierres la puerta.

Creo que abrí los ojos como platos ya que sentí que se me iban a caer. Que asco. Cerré la puerta de un golpe seco y le di tres vueltas a la llave.
El chaval no dejaba de mirarme con una sonrisa preciosa. Aunque eso para mi no servía ahora, necesitaba ducharme, comer y dormir. ¡Y no tenía lugar para ello!
Pareció leer mi mente ya que me dijo que me acompañaría a pedir otra habitación.

Una vez en la recepción me dijeron que no tenían más que una suite.

ING. -Pero, eso costará una pasta.- balvucee

ING. - Podemos dársela gratis por daños y perjuicios. Mamá me, sire... acompañenme por favor.

Me di la vuelta. Javier seguía ahí. Ya me había acostumbrado a su sonrisa. Comimos y trasladamos todo mi equipaje a una amplia suite. Era la más lujosa que había visto. No había visto ninguna pero, de haberlo hecho, esta sería la mejor.

ESP. -¡Hemos terminado!- Sonreí aliviada y a la vez frustrada. El chico me había prometido Ayudarme y se paso todo el rato con el teléfono. Vaya ejemplar.

ESP. - Bueno meri. ... veo que te gusta the fooo conspiracy.

ESP - son mis ídolos - de repente vi todos los posters, discos, fotos firmadas y camisetas que tenía. .. me puse colorada

ESP. - Bueno pues tengo una sorpresa para ti.

Sonreí e intente convencerle para que me lo dijera. No lo conseguí, me llegaría mañana a la mañana.