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Ahora estaban frente a frente, Chelsea se sentía helada y tensa por las preguntas del niño.
¿Cómo es que un niño de catorce le puede intimidar tanto?
─ Escucha, Flipper. - Dijo con voz seria. ─ Tú eres un niño, yo soy un adulto. Se cuidarme sola.
─ Doblarle la edad a alguien no te hace automáticamente más madura. ─ "Dijo" mientras se sentaba en el sofá otra vez. ─ Solo hace que tus errores se vean más estúpidos.
"Este niño..." ─ Pensó mientras se quitaba el gran moño amarillo en su cuello y lo dejaba por ahí tirado.
"Ser madre es un dolor de muelas, él me duele y fastidia pero no quiero que me lo quiten JAMÁS."
─ Flipper ya estar tarde, vete a dormir.
─ Pero yo no quiero-
─ Sisi, ya shhh. ─ La mujer se acercó a la pantalla del chico y pulsó el botón de apagar. ─ A dormir. ─ Luego ella subió las escaleras hasta su cuarto para dejarle una mantita al niño televisor; volvió a subir pero esta vez para descansar ella, sin cambiarse la ropa porque se sentía muy cansada y no entendía la razón.
