30 de agosto

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Victoria trajo a la nueva empleada Carolina, la vi entrar se notaba que era su primer día, asustada pero determinada a demostrar que valía un lugar en la empresa, me recordó mi primer día; cuando entre solo la vi a ella sentada en su escritorio hablando por teléfono con mucho trabajo, fue de las primeras personas en darme la bienvenida, todas las mañanas tomaba una taza de café junto con todos, ella solía preparar el mío, me decía en un torno firme el azúcar es dañina...dañina; después Victoria me llamo a su oficina...adivina quién es el encargado de la inducción de Carolina...yo...que genial siempre quise realizar la inducción a las nuevas reclutas, enseñarles todo lo necesario de la empresa, estoy seguro que fui traído a este planeta para poder inducir personas nuevas a la compañía, es sarcasmo por cierto, tengo tanto trabajo y ahora debo ayudar a Victoria con sus nuevos empleados.

Carolina es agradable, su escritorio es cerca al mío, admito que no fue tan malo como lo esperaba, Carolina tiene mi misma edad, su cabello es rojizo y muy liso, pero no es su tono natural, me dijo eso cuando íbamos a comer, encajo bastante bien en la oficina, hace bromas recurrentes y me parece que se ha comido un payaso.

Lo interesante es que Carolina vive a dos calles de mi casa, vino conmigo todo el camino, habla mucho y no es nada tímida, me contó sobre su vida antes de venir a la empresa, trabajaba en otra ciudad y un día simplemente decidió renunciar, llegó aquí con el alma aventurera claro que se quedó en la casa de su prima, porque no le gustan los alquileres, no sabes quién pudo estar en ese lugar antes, supongo que tiene razón, dudo que alguien que quiere alquilar un lugar te mencionaría que su anterior inquilino era un ladrón buscado por la policía o que ahí se alojó el asesino más temido de la ciudad.

Cuando al fin llegamos a mi edificio después de hablar sobre alquileres, simplemente sonrió y me dijo: te veré mañana, no pude emitir una palabra para contestarle, ella se me acercó y me abrazó como despedida, cuando sus brazos me rodearon pude sentir como si me apuñalaran, me quede quieto hasta que se alejó, el dolor en mi pecho continuo hasta que llegue a mi apartamento, esa frase no sale de mi cabeza-te veré mañana-es tan complicado, espero verla mañana como dijo...

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora