La canción que te escribí

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A veces pienso en ese simple instante.

Donde tus dedos me acariciaron por error.

Donde tu boca busco la mía casi por accidente.

Donde nos enredamos bajo las sábanas.

¿Cómo puede considerarse un error sentirse así?

Sentir tanto placer con el solo roce de tu piel contra la mía,

con el sonido de las sábanas rozarse mientras nuestra respiración se entrecortaba.

Quiero volver a ese instante,

y no salir de ese bucle en toda mi vida.

Porque desde que no estas,

desde que te fuiste,

no me he vuelto a sentir igual.

No he vuelto a querer experimentar otros labios.

Todo me recuerda a ti.

Ese perfume olor a pino

que parece haberse quedado estancado en mi coche.

El sonido de tu risa, tan peculiar,

que hace que la añore cuando escucho otra distinta.

Y me da igual.

Me da igual.

Me da igual que tu no me quieras de vuelta.

Porque te juro,

Que algún día me llorarás.

Lloraras como yo lo hice por ti durante meses.

Como aun te lloro.

Porque sigo oliendo tu perfume al salir de casa,

Y sigo oyendo el eco de tu risa tras aquel callejón.

Porque cuando el día se pone gris,

Solo recuerdo el color de tus ojos.

Y cuando veo un gato,

Solo pienso en ese tatuaje.

Porque a pesar de todo.

Quiero volver a ese instante,

y no salir de ese bucle en toda mi vida.

Porque desde que no estas,

desde que te fuiste,

no me he vuelto a sentir igual.

No he vuelto a querer experimentar otros labios.

Todo me recuerda a ti.

Todo me recuerda a ti.

Todo.

Incluso esa cicatriz,

Que me hace recordar,

Que todo esto no fue más que un error.

Que no debió sentirse tan bien

Como el fuego en mi piel.

Poemario: Las sílabas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora