Espejo [TERMINADA]

Capítulo 24

No soy dueño de Naruto.

Nagato se quedó de pie por un largo y angustioso momento y observó a su mayor y mejor amigo cojeando por el corredor. Él se movió a su lado, tomando su brazo sobre su hombro. "Si el Yondaime muestra algún indicio de que no está dispuesto a hablar o se está preparando para atacar, te sacaré de allí y de la ciudad".

Konan sonrió a través de los moretones, renovando un hilo de sangre de su labio partido, una pequeña expresión rota. "Bien." Pase lo que pase, todavía se tendrían el uno al otro, Nagato podía ver que se aseguraría de ello.

Capítulo 24: Confrontación Parte 1

La torre estaba sorprendentemente vacía de guardias Ame. Estaban los pocos que habían estado cerca de la habitación Mirror y luego un par que había estado en la planta baja, todas las medidas de seguridad esperadas. Minato se topó con sorprendentemente poco más mientras subía por la torre hasta el último piso. Era posible que algún Ame-nin fuera llamado para ayudar en el frente.

Al pasar por un gran agujero en el costado del tercer piso, Minato pudo ver humo y escuchar explosiones en la distancia. La ciudad misma yacía en escombros por la vista limitada que tenía. Minato sinceramente esperaba que solo una parte de la ciudad sufriera tanto daño. Había escuchado muy poco sobre la batalla que ocurría en este Konoha, solo lo que Kakashi pudo transmitir, pero la imagen hablaba de una invasión estancada con líneas de frente que se movían lentamente. Sin importar quién ganara, la fuerza de Konoha disminuiría en los próximos años. Su única esperanza era que todavía les quedaban muchos de sus shinobi de mayor rango, o al menos los tenían cuando Kakashi había estado en contacto por última vez con las fuerzas restantes de Konoha.

Minato desterró los sombríos pensamientos del destino de Konoha de su mente mientras se apresuraba al cuarto piso. Esta Konoha no era su responsabilidad. Estaba aquí por su propio pueblo y por su hijo y ese era su enfoque principal.

En el quinto piso, Minato se encuentra con dos Ame-nin más, más de los que había en los pisos inferiores, pero con poca seguridad. Por supuesto, ¿quién esperaría un shinobi enemigo tan profundo detrás de las líneas? No estaban preparados y no habrían sido rivales para Minato incluso si lo hubieran sido. Minato los neutralizó incluso antes de que se dieran cuenta de la amenaza.

En el sexto piso, Minato redujo la velocidad, esperando más seguridad en el último piso. Los sellos que protegían el corredor, por lo tanto, no fueron una sorpresa. Desmantelarlos sin alertar a su creador de su ausencia tomó varios minutos y luego se movió con más precaución hacia la concentración de chakra en el centro del edificio.

A lo largo de las paredes, Minato pudo ver tenues rastros de los insectos de Aburame que se dirigían y se arracimaban alrededor de una puerta en la mitad del corredor. Esa era la fuente de la concentración de chakra y muy probablemente la ubicación del cuerpo real de Nagato. El encuentro podría ir de múltiples maneras. Sabiendo lo que hizo acerca de los objetivos de Nagato y lo lejos que Nagato estaba dispuesto a llegar para lograrlos, Minato sabía que había una buena posibilidad de que tuviera que matar a Nagato para terminar con esto. Sin embargo, las incógnitas, la razón por la que Nagato estaba cazando a Naruto, el carácter del hombre mismo, dejaba abierta la pequeña posibilidad de que Minato pudiera razonar con él. Con el Kunai listo en cada mano y el rostro detrás de su máscara ANBU, Minato dobló la esquina de la habitación.

Dos figuras ocupaban la habitación, una vestida con túnicas negras y con el pelo rojo brotando como todos los otros cuerpos de Pein controlados por Nagato. El otro era una figura demacrada con cabello rojo lacio y piel blanca como el papel, casi gris. Estaba atado a una máquina grande y, aunque no tenía perforaciones pesadas en la cara ni en el cuerpo, unas barras pesadas sobresalían de su espalda como una especie de puercoespín humano retorcido. El patrón ondulante en sus ojos desvaneció cualquier duda que Minato pudiera haber tenido sobre la identidad del hombre.