Espejo [TERMINADA]

Capitulo 6

Resumen: "¿Dónde me quedaré?" preguntó Naruto, con curiosidad, a pesar de que todavía estaba un poco desconcertado por los acontecimientos recientes.

" Conmigo", respondió Minato, guiando a Naruto por el pasillo.

" Minato-" Jiraiya habló detrás de ellos pero fue interrumpido por el Hokage.

" Él se queda conmigo". Su tono fue final, poniendo fin a cualquier discusión sobre el tema.

Naruto parpadeó sorprendido al rubio detrás de él. No sabía qué pensar sobre toda la situación. Era demasiado confuso. Lo único de lo que estaba seguro era del alivio ante la perspectiva de tener un descanso de todo. Sin embargo, más que nada, quería salir de los oscuros pasillos inferiores de la Torre Hokage. No sabía en qué tipo de casa vivía el Hokage, pero cualquier lugar era mejor que los pasillos oscuros y resonantes, especialmente esa habitación con el cristal.

Capítulo 6

"¡Aquí estamos!" Minato trató de inyectar tanto entusiasmo en su voz como le fue posible.

Desde que salió de la Torre Hokage, particularmente de la habitación que albergaba el cristal, Naruto había estado en silencio. Minato no sabía si esto era normal para el chico, sabía sorprendentemente poco sobre Naruto, pero eso no le impidió tratar de animar el estado de ánimo general.

Llegar a la casa pareció distraerlos a ambos. Minato sonrió mientras la cabeza de Naruto giraba de un lado a otro para abarcar la mayor parte de la casa que podía. Habitualmente utilizado por el Hokage, el edificio estaba ubicado en una sección más tranquila del pueblo, lejos del bullicioso centro pero aún dentro de las murallas. No era la casa más grande del pueblo. Era antiguo y desde su creación se habían levantado otras casas más grandes, pero aún conservaba una serena dignidad. Un pequeño jardín y césped lo rodeaban a ambos lados, aunque los terrenos parecían un poco descuidados. La casa tenía dos pisos; el estilo tradicional hermoso en su sencillez.

Con toda honestidad, la casa era demasiado grande para Minato y, a veces, odiaba volver a ella por la noche. Solo usó unas pocas habitaciones adentro y pasó el mayor tiempo posible lejos de ellas. De vez en cuando, pensaba en mudarse a un apartamento más pequeño. No había ninguna regla o ley que dijera que el Hokage debía vivir allí, pero Kushina amaba la casa. Una vez dijo que le recordaba las casas en Whirlpool antes de que su país fuera destruido, así que Minato se quedó.

Buscando a tientas las carpetas que un empleado frenético le había arrojado antes de salir de la Torre, Minato abrió la puerta. Empujó a su hijo adentro y se volvió, buscando a su sensei. El Sapo Sabio había desaparecido subrepticiamente poco después de dejar la Torre. Una parte de Minato se alegró de tener un momento a solas con Naruto sin el ojo cauteloso de Jiraiya examinando cada interacción entre los dos, o alejarse del chico, pero otra parte de él se preguntaba qué estaba haciendo el anciano. Minato no quería tener que pasar otra tarde suavizando las quejas de la mitad de las jóvenes del pueblo.

Aun así, no había señales de Jiraiya afuera, así que Minato pateó la puerta para cerrarla con un pie y dejó caer su pesada pila de papeles en la superficie plana más cercana antes de quitarse las sandalias. Miró a la pila, maldiciendo en silencio su propia incapacidad para escapar sin que el empleado se diera cuenta. El comportamiento del ninja de escritorio había pasado rápidamente de la sorpresa al pánico al descubrir que el Hokage se iría inesperadamente por una cantidad indeterminada de horas sin terminar los informes de la mañana. Una última mirada a la aborrecida pila y Minato estuvo bastante seguro de que no era más probable que los informes terminaran en la casa con Naruto alrededor que si ambos se hubieran quedado en su oficina vacía.

Minato le sonrió a Naruto mientras el chico miraba tanto el interior de la casa como el exterior. El vestíbulo de entrada era uno de los pocos lugares que Minato aún se esforzaba por mantener bien. Los muebles eran de madera oscura simple y elegante, muchos de ellos anteriores a la época de Minato en la casa. En las raras ocasiones en que llegaban visitantes a la casa, la mayoría se quedaban en el vestíbulo de entrada o en la sala de estar más allá de la primera puerta principal.