Capitulo 5

25 1 0
                                    

Me hundo sobre el sofá cuando llego de trabajar, a la 1 de la tarde. A mi padre aún le quedaban algunas horas en la tienda, así que decidí hacerme yo misma algo de comer.

Ya había algo más en la nevera, ya que amenacé a mi a padre diciéndole que si no hacia la compra, no volvería a repartir sus dichosos pediditos nunca más.

Que mala eres, pobre tu padre.

¡Pobre yo! Iba a morir de desnutrición...

Ya.

Luego de varios intentos rotundamente fallidos de levantarme del sofá, decido esperarme un rato más y comer más tarde, total no tenía tanta hambre.

Sigo escuchando música a todo volumen cuando noto como alguien me saca de mi trance:

-¡Némesis!, dios, ¡llevo llamándote media hora!- grita una voz masculina a mi espalda retumbando en mi pecho con fuerza.

Me apresuro a quitarme los cascos y girarme a toda prisa.

-Coño, ¿qué quieres Mario? Casi se me sale en corazón.- lo acuso mientras me recoloco en mi sitio, bajándome el top que llevaba instintivamente, por si acaso.

-Yoooo, emhh...- empieza, agudizando ligeramente la voz mientras ponía cara de cachorro triste, oh no, me sabía demasiado esa carita, iba a pedirme algo.- Habla con Lucas.- dice al final, con una gran sonrisa, tratando de convencerme.

-¿Has entrado a escondidas en mi casa solo para asustarme y luego decirme que hable con tu hermano, el cual ahora mismo no quiere saber nada de mi?- digo en voz alta, analizando la situación.

-¡NO ES VERDAD! Parece que está en una película de Disney Chanel, lloriqueando por los rincones, hace 4 días que hablamos y desde entonces está más amargado que de costumbre.- se queja - Vamos habla con el y alégralo, tengo ganas de irme de fiesta.- hace un puchero al final.

Dios mío, hacía siglos que no iba a una fiesta.

Aburrida.

OK.

-¿Y por qué tengo que hablar yo con él? Que venga a buscarme, él fue el que habló de más.- digo disgustada, poniéndome a la defensiva.

-Vamos Némesis, hace tiempo que no te pido nada...- se sienta junto a mi, dramatizando mientras me mira.

-Porque no sabías nada de mí y quedaría un poco feo pedirme favores por la cara, ¿no crees?- contraataco.

-Porfaaaaaaaaaaaaa...- posa sus manos en mis mejillas, mientras mueve mi cabeza.

-¿Hay algo más verdad? ¿Qué me estas ocultando Mario?- deduzco ahora, dios, como lo conocia.

-¿Eh? No no, que va.- suelta mi cara, cosa que agradezco, y se rasca la nuca.

-¡LO SABIA!- me abalanzo sobre él, apuntándolo.- ¿Qué queréis de mi?- encaro una ceja.

-¡NADA, NADA!- se le agudiza la voz de forma muy graciosa.

-Sabes que cuando mientes te se pone la voz como a Mickie Mouse, ¿verdad?- me descojono de él en su cara.

-¡Bueno vale si! Soy débil, lo sé.- levanta los brazos- Pero si lo quieres saber, tendrás que hablar con Lucas, yo voy a mantener esta preciosa boquita bien cerrada.

Y así como vino, desapareció. Sale huyendo dando unos saltitos un tanto ridículos, mientras yo le tiro un cojín a toda velocidad.

Tienes que parar de tirar cosas...

Bajo la superficieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora