Me hundo sobre el sofá cuando llego de trabajar, a la 1 de la tarde. A mi padre aún le quedaban algunas horas en la tienda, así que decidí hacerme yo misma algo de comer.
Ya había algo más en la nevera, ya que amenacé a mi a padre diciéndole que si no hacia la compra, no volvería a repartir sus dichosos pediditos nunca más.
Que mala eres, pobre tu padre.
¡Pobre yo! Iba a morir de desnutrición...
Ya.
Luego de varios intentos rotundamente fallidos de levantarme del sofá, decido esperarme un rato más y comer más tarde, total no tenía tanta hambre.
Sigo escuchando música a todo volumen cuando noto como alguien me saca de mi trance:
-¡Némesis!, dios, ¡llevo llamándote media hora!- grita una voz masculina a mi espalda retumbando en mi pecho con fuerza.
Me apresuro a quitarme los cascos y girarme a toda prisa.
-Coño, ¿qué quieres Mario? Casi se me sale en corazón.- lo acuso mientras me recoloco en mi sitio, bajándome el top que llevaba instintivamente, por si acaso.
-Yoooo, emhh...- empieza, agudizando ligeramente la voz mientras ponía cara de cachorro triste, oh no, me sabía demasiado esa carita, iba a pedirme algo.- Habla con Lucas.- dice al final, con una gran sonrisa, tratando de convencerme.
-¿Has entrado a escondidas en mi casa solo para asustarme y luego decirme que hable con tu hermano, el cual ahora mismo no quiere saber nada de mi?- digo en voz alta, analizando la situación.
-¡NO ES VERDAD! Parece que está en una película de Disney Chanel, lloriqueando por los rincones, hace 4 días que hablamos y desde entonces está más amargado que de costumbre.- se queja - Vamos habla con el y alégralo, tengo ganas de irme de fiesta.- hace un puchero al final.
Dios mío, hacía siglos que no iba a una fiesta.
Aburrida.
OK.
-¿Y por qué tengo que hablar yo con él? Que venga a buscarme, él fue el que habló de más.- digo disgustada, poniéndome a la defensiva.
-Vamos Némesis, hace tiempo que no te pido nada...- se sienta junto a mi, dramatizando mientras me mira.
-Porque no sabías nada de mí y quedaría un poco feo pedirme favores por la cara, ¿no crees?- contraataco.
-Porfaaaaaaaaaaaaa...- posa sus manos en mis mejillas, mientras mueve mi cabeza.
-¿Hay algo más verdad? ¿Qué me estas ocultando Mario?- deduzco ahora, dios, como lo conocia.
-¿Eh? No no, que va.- suelta mi cara, cosa que agradezco, y se rasca la nuca.
-¡LO SABIA!- me abalanzo sobre él, apuntándolo.- ¿Qué queréis de mi?- encaro una ceja.
-¡NADA, NADA!- se le agudiza la voz de forma muy graciosa.
-Sabes que cuando mientes te se pone la voz como a Mickie Mouse, ¿verdad?- me descojono de él en su cara.
-¡Bueno vale si! Soy débil, lo sé.- levanta los brazos- Pero si lo quieres saber, tendrás que hablar con Lucas, yo voy a mantener esta preciosa boquita bien cerrada.
Y así como vino, desapareció. Sale huyendo dando unos saltitos un tanto ridículos, mientras yo le tiro un cojín a toda velocidad.
Tienes que parar de tirar cosas...
ESTÁS LEYENDO
Bajo la superficie
Romance3 familias. 4 hijos. Puerto de la Cruz. Cada verano se unían para disfrutar en grande de unas maravillosas vacaciones todos juntos, pero de repente, algo cambia. Némesis y su familia llevan 3 años sin ir a esta espléndida ciudad de Tenerife. Los...