No se va; Nicolás Otamendi

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Segunda parte de "intoxicao"

—•|Soft, drama, romántico•|—________________________________

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—•|Soft, drama, romántico•|—
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Si bien Milena había estado de acá para allá encargandose de cubrir ciertas cosas de aquel evento, sus ojos se quedaron clavados en los de cierto futbolista argentino.

Su sonrisa era imborrable y hasta podría decirse que le dolería la boca de tanto andar sonriendo por todos lados.

Su último encuentro con Ota había sido hace una semana, no se llamaron luego de ello pero si se veían de vez en cuando al ser ella la prima de uno de los amigos del defensor.

Nicolás por su parte estaba encantado de no tener que llamar y tener que verla en privado, hasta estaba más que maravillado de poder verla sin tener que aparentar que aún se buscaban solo por sexo.

Verla entre el público vestida de negro con sus pelos rojos desprolijos hechos rodete desalineado y su risa, la que tanta amó de ella desde siempre, era algo que él no podía comparar con nada en el mundo.

Verlo sentado, relajado y sin aparentar que pase nada, sin preocupaciones como mayormente está gracias a su trabajo, verlo sonriente, felíz, de buen humor, esas pequeñas cosas hacían que a la pelirroja se le salieran suspiros de amor por él.

—. Milena, te estoy hablando nena.— la voz de su primo la sacó de sus pensamientos, Milena hizo un movimiento con la cabeza, indicandole que lo estaba escuchando, por más que fuera mentira.— ajá, sí, te decía. ¿Te lo vas a comer o no?

Esta vez, Mile giró la cabeza por completo, estaba roja y sorprendida ante la repentina pregunta por parte de Emiliano.

—. ¿Qué? ¿yo? ¿qué?— balbuceó.

Emiliano rió, pues era más que obvio que de tanto andar mirando a su amigo, Milena había perdido la noción de donde estaba y qué estaba haciendo, hasta parecía olvidarse de que se había servido una gran porción de carne minutos antes.

—. Que si vas a comerte la porción de carne que te serviste, sorda.— volvió a preguntar el arquero.

Milena alzó una ceja y arrugó la nariz, ¿sorda? ¿ella? Jamás.

—. Sorda será tu vieja, nene boludo.— le sacó la lengua.

Ambos siguieron peleando por un largo rato, parecía que nunca habían madurado en realidad.

Emi le decía de todo a Milena y Milena hacía lo mismo con él, solo que Emiliano usaba de ventaja ser mucho más alto que su prima para poder despeinarla de vez en cuando, más que nada cuando la encontraba desconcentrada o mirando para otro lado.
Milena se aprovechaba de ser más baja, le pegaba en los brazos a su primo, de vez en cuando pequeñas patadas en sus tobillos, así como cuando eran peques.

One Shots  | ScalonetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora