Peter the Pizza Guy

Capítulo 29: humo negro

Peter maldijo. Acababa de terminar su lucha por la noche y esto estaba pasando? ¿Fue algún tipo de truco de uno de los pícaros o podría...

No importa. Su sentido de la araña era claro. Tenía que salir del peligro ante todo.

El humo se extendió, demasiado espeso para que incluso sus ojos lo vean. Tosiendo, dio los pocos pasos que necesitaba para salir de la jaula y se levantó. La nube llegó sobre su cabeza, pero aún no era lo suficientemente alta como para bloquear por completo el resplandor de las luces artificiales en el techo de arriba. Sin dudar, saltó, aterrizando suavemente sobre las barras de acero que formaban la parte superior de la pista de combate. Con varias pulgadas separándolos entre sí, habría sido fácil para un humano normal deslizarse y atrapar su pie en el medio, pero, para él, mantener el equilibrio era un juego de niños.

Como esperaba, la niebla artificial aún no había llegado hasta ese punto y la mayor parte de la arena todavía estaba libre de ella. Desafortunadamente, este aplazamiento fue solo temporal si varias otras explosiones se dispararon alrededor de la gran sala y el humo comenzó a extenderse nuevamente. Se cerró alrededor de la pista, lavándolo en segundos. Antes de que lo alcanzara, logró detectar algunas formas cayendo desde arriba, algunas aterrizando entre la multitud repleta, algunas saltando al lado de la jaula en la que estaba agachado. Reconoció algunos de los atuendos de la persecución en la que había estado involucrado unas noches antes. No criminales entonces.

Pensé que se suponía que este evento estaba a salvo de la aplicación de la ley, ¿qué están haciendo los murciélagos allí?

No había tiempo para pensar demasiado al respecto. La multitud entró en pánico, trepando unos sobre otros para tratar de llegar a las salidas, ya completamente invisibles, tragadas por las densas nubes. Podía escucharlos maldecir, gritar. Algunos de ellos habían sacado armas y el destello de los disparos estalló en la oscuridad. Esperaba que nadie saliera lastimado. Sabía lo que podía pasar cuando una multitud se apresuraba a una sola puerta y, aunque sospechaba que había más de una forma de salir de la arena, no lo hizo menos peligroso. Si ocurriera un enamoramiento, tendría que intervenir y hacer todo lo posible para que se aclare. Sin embargo, no tuvo tiempo de decidirlo, ya que sintió que el peso de otra persona se asentaba en la jaula frente a él.

Sin sus ojos, solo podía confiar en sus oídos, nariz y su sensación de temblores. Afortunadamente, llevaba mangas cortas, lo que facilitó que su cuerpo sintiera el mundo que lo rodeaba. Quien había decidido caer junto a él todavía estaba a unos veinte pies de distancia, en el lado opuesto de la pista. Eran un poco más altos y pesados que él, pero no lo suficiente como para ser Jason o el Murciélago, incluso Nightwing no encajaría en la cuenta. Podía escucharlos respirar a través de algún tipo de máscara, ya sea para mantener el humo fuera de sus pulmones o porque había algún tipo de agente neutralizante. Notado. Entonces estaría respirando tan poco como podía permitirse. Incluso él no era inmune al daño pulmonar.

"Te aconsejaría que no te resistas." Una voz masculina. Joven. ¿Alrededor de su edad? Él pensó que sí, al menos. Fue un poco difícil saberlo, con una barrera entre la boca del otro vigilante y el aire lleno de humo.

"Ese no es un muy buen consejo." Peter respondió, haciendo su voz más fuerte, aunque todavía no estaba gritando. La multitud era tan ruidosa que dudaba de que alguien sin el don de una súper audición pudiera discernir sus palabras. "Eres el tipo que me molestó?"

Pasos.

Quienquiera que fuera, no tenía problemas para caminar sobre las barras, manteniendo fácilmente el equilibrio. Peter esperaba sinceramente que no tuviera que recurrir a la violencia. No solo estaba emocionalmente exhausto, sino que también le había dicho a Jason que no quería ningún problema de los Bats. Golpear a uno de ellos parecía una forma segura de empeorar la situación.