Me Convertí En El Villano De Una Fantasía Romántica (Por Corregir)

17

Capítulo 17 - El hermano pequeño necesita un hermano mayor

"Me duele..." Murmuré mientras me miraba el brazo derecho, que chorreaba sangre.

Aunque en el sparring se utilizaron espadas sin filo, quienes empuñaban dichas armas eran dos poderosos individuos capaces de cortar las ramas de un viejo árbol. Por lo tanto, era inevitable que hubiera heridas leves.

Esta vez, las cosas fueron diferentes.

Yo blandía la espada siguiendo mis emociones, por lo que no podía mostrar mis habilidades habituales. Estaba blandiendo mi espada usando la fuerza bruta en lugar de la técnica.

Pero el objetivo de este combate no era mejorar mis habilidades.

Era descargar todas mis emociones.

Ese era mi único propósito, perfeccionar mi habilidad con la espada era la menor de mis preocupaciones. Mi padre también lo sabía, ya que aceptó mis golpes en silencio. Si hubiéramos entrenado normalmente, me habría gritado por mis horribles movimientos.

Desahogar las emociones que había estado enconando en mi interior me hizo sentir como si hubiera levantado una piedra que pesaba sobre mí. Nunca habría sentido el mismo alivio si hubiera blandido la espada yo solo.

La gente quería que los demás les escucharan cuando liberaban su carga emocional. Gritar solo podía proporcionar una gota de alivio en el valle de sus emociones, no proporcionaba una solución.

Un simple golpe del maestro de espadas, que había alcanzado su punto álgido, hizo que mi espada poco sofisticada, carente de toda técnica, rebotara. A pesar de ello, volví a blandir mi espada, rebosante de emoción. Repetí esto varias veces hasta que mi espada no pudo soportar los afilados ataques de mi padre, haciéndose añicos finalmente.

Un fragmento de la espada rozó mi brazo derecho y se incrustó en el suelo. Se formó una rozadura en el lugar por donde pasó el trozo de espada, y una línea de sangre empezó a rezumar.

No me dolió, más bien me sentó bien.

Una espada rota.

La sangre corría por mi brazo.

Sólo entonces recobré el sentido.

Oí la suave voz de mi padre.

"¿Has liberado algo de tu ira?"

"Sí..."

"Lo siento. Fui demasiado miope. Es culpa mía por no haberlos prestado atención a ti y a Alphonse sólo porque pensaba que ambos eran lo bastante maduros. Debería haberme acercado a ustedes dos primero. Siento haber sido un mal padre".

No contesté porque pensaba en él y en Alphonse.

"Es cierto que como familia no hablamos mucho entre nosotros".

Al principio no era así. Cuando mi madre estaba cerca, resolvía los problemas dialogando en vez de chocando espadas como ahora.

La falta de diálogo entre nosotros dos también era consecuencia de su muerte, ya que mi madre siempre había sido la que dirigía nuestras conversaciones familiares.

Tenía recuerdos de mi vida anterior, así que crecí sin muchos problemas. Alphonse también creció siendo un niño tranquilo y amable. Ésas podrían ser las razones por las que no veía la necesidad de hablarnos a menudo.

Como estábamos cerca, creía que nos teníamos fe y nos descuidaba.

"Por favor, intenta mantener una conversación aquí y ahora. Gracias por la chispa, padre".