Una chica sin Identidad

- Capítulo 1: El despertar

Me desperté con una sensación de dolor y confusión, no sé qué había sucedido ni dónde me encontraba. Mi cabeza estaba a punto de estallar; la respiración era profunda y mi corazón latía fuerte. Lentamente abrí los ojos, intentando mover el resto de mi cuerpo, pero algo dentro de mí no me dejaba. Estaba tumbada en una cama dura, en una habitación grande y fría, un lugar que era desconocido para mí. Miré por la ventana, tratando de encontrar algo de sentido en lo que veía, o al menos una pista que me permitiera descifrar dónde estaba pero no encontré nada.
De pronto, escuché un par de voces provenientes desde un pasillo, que aumentaban el latido de mi corazón y la confusión de mi mente. ¿Quién era? ¿Por qué estaba aquí? Y sobre todo, ¿qué había pasado para que acabara en este lugar? Después de algunos momentos de angustia, decidí que la única forma de descubrir la verdad era levantarme y averiguar por mí misma. Estaba temblando, como si algo dentro de mí me dijera que aquello no era un buen lugar. Di un paso a la vez hasta llegar al pasillo donde pude ver una puerta blanca, con un letrero donde se leía "Hospital". Esa simple palabra me hizo comprender la situación, estaba en un hospital. Sin embargo, no conseguí desentrañar el misterio sobre cómo llegué hasta ahí.
Regresé a la habitación donde estaba para intentar descubrir algo. La última cosa de la que tenía recuerdo era de estar en un lugar oscuro y frío. No puedo explicar cuántas horas pasé sentada en la cama, preguntándome qué está pasando. Estaba profundamente aterrorizada y desorientada.
Mientras estaba tendida aquí con mis preguntas, un alegre sonido interrumpió mis pensamientos. Una enfermera entró con una sonrisa en la cara.

—¿Cómo te sientes? —Me pregunta con preocupación.
Asiento con la cabeza lentamente, intentando ponerme al día con lo que está sucediendo.
—No recuerdo nada—respondí con voz temblorosa— ¿Dónde estoy?

La enfermera comienza a explicarme con mucha paciencia y cariño, tratando de ponerme al día con la situación.

—Estás en el hospital General de la ciudad de Madrid. Te encontramos bajo un derrumbe dos días atrás y fue un gran trabajo para el equipo sacarte de ahí.

Eso al menos me explica por qué estaba acostada aquí con ninguna memoria. Me siento aliviada al saber que ahora estoy a salvo.
Mientras los recuerdos comienzan a asomarse en mi cabeza, noto que algo no está completo. Pregunto a la enfermera sobre mi familia y ella me responde que nadie me ha buscado. Intento con todas mis fuerzas concentrarme en todo lo relacionado con mi pasado, pero no puedo recordar nada.

La enfermera entonces comenta que hay una mujer que vino al hospital a verme y que me tenía que pasar un mensaje de su parte. Esto me deja aún más perdida que antes y no sé cómo reaccionar.

Poco a poco, me voy relajando. Me alegra el hecho de que haya alguien interesado en mi bienestar. Me ofrecen algo para comer y también algunos libros para que me ayuden a pasar el tiempo. Me acurruco en la cama y siento que poco a poco las cosas empiezan a caer.

Al día siguiente, la mujer visitante llega al hospital y me deja con la enfermera una cajita con una palabra escrita en el frente: "Pista".

No entiendo el significado de la palabra, así que abro la caja y encuentro una tarjeta de dedicación. En la tarjeta están escritas varias frases enigmáticas, imagino que formen parte de algún misterioso juego. Esto me sumerge en una verdadera incertidumbre sobre si esto es algún tipo de broma o realmente hay algo importante en ellas.
Todo lo que leo me llena de curiosidad, particularmente una frase que decía: "Bienvenida de nuevo a ti misma".

Entiendo que es hora de empezar una búsqueda para encontrar respuestas a mis preguntas. Pido a la enfermera que me deje salir para que pueda recorrer la ciudad y buscar más pistas. Me siento grata cuando me da su bendición y me ayuda a prepararme para la misión.

Salgo del hospital y comienzo a buscar en todas partes respuestas a mis preguntas. Al cabo de un par de horas doy con una pequeña tienda donde un viejo tendero me dice que me reconoce.

—Creo que te conozco de alguna parte — dice mirándome con un destello en sus ojos.

Comienzo a preguntarle por mi pasado pero él solamente recuerda que iba a menudo a la tienda con un chico, pero que desde hace un tiempo no lo ha visto.

Su información me da un poco de esperanzas de que algo interesante me esta esperando ahí afuera. Me preparo para arrancar una nueva aventura, con la esperanza de descubrir la verdad sobre mi pasado. Estoy ansiosa por comenzar, aunque también un poco nerviosa de lo que está por venir.  Solo el tiempo lo dirá.