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—Será mejor que lo encuentres, ha dejado dos advertencias, están en peligro, ellos y tu

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—Será mejor que lo encuentres, ha dejado dos advertencias, están en peligro, ellos y tu...

Una voz tan dulce y demasiado preocupada se escucha en la habitación, abro los ojos, todo está en lo oscuro de la noche y solo veo unas almohadas y el cabello despeinado de Carlos, ¿dónde está Ricardo?

—Él ya está aquí y quieras o no, también ellos están en peligro, no olvides que...

Me siento, muy adormilada busco en la habitación para mirar de quien es la voz y lo único que consigo distinguir es un par de siluetas en la ventana, una de las siluetas me recuerda a mi amigo, esta figura se gira abruptamente y unos ojos rojos me miran, tengo miedo, quiero correr pero me siento paralizada.

—No dulzura, tu no debes saber de esto, ni tu ni nadie.

La otra silueta, a la que pertenece esa voz suave, se acerca a mi demasiado rápido para ser un movimiento humano, una de sus manos se acerca a mi rostro, una mano tan blanca que parece de un cadaver, siento sus fríos dedos tocar mi mejilla.

—¡¡ALÉJATE!!

Me despierto gritando, el sudor frío recorre mi cuerpo, estoy sentada mirando hacia la ventana donde solo entra la poca luz de la calle, todo mi cuerpo tiembla, me cuesta trabajo respirar. Una mano se posa en mi hombro y me giro con miedo pensando que es la cosa de mi sueño.

—Mari, calma, soy Rich.

El pelinegro me mira preocupado, sigo sin hablar y solo me quedo mirando a mis dos amigos, vuelvo mi mirada a la ventana de la habitación y luego al rubio, me siento un poco mas tranquila cuando Carlos me mira con ese aire fraternal, se acerca a mi y me acaricia la cabeza. Aquí viene algo que ya es común para él: cuidarme como si fuera su hermana pequeña.

—Calma, fue un mal sueño, nada de lo que soñaste te hará daño. —Me acomoda la chamarra y unos mechones de cabello que tenía en mi rostro.

Realmente sus palabras me calman, dejo de temblar un poco y mi respiración se regula. Charly me recuesta en las colchonetas y me arropa, Rich me abraza quitando las almohadas y me siento mas tranquila aunque no dejo de temblar. Siento como Charly se acomoda detrás de mi, me abraza y me soba la espalda para ayudarme a estar tranquila; no puedo cerrar los ojos, miro la playera oscura de mi amigo y aun siento mis manos y piernas temblar, cada que intento cerrar los ojos veo esa pálida mano tocando mi mejilla, siento sus fríos y casi esqueléticos dedos, siento sus uñas acariciar mis mejillas, tengo miedo de cerrar los ojos y que al abrirlos eso esté ahí, quiero llorar pero las lágrimas no salen y eso me frustra haciendo que en momentos un tic mueva en un ligero brinco mis manos. Sé que no es un ataque de pánico, no llega a ser eso, solo tengo miedo, intento recordar más del sueño para saber que soñé, pero solo puedo recordar el frío que sentí y esa mano.

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