QUE DOLOR. ¿SUFRO POR EL?

171 17 3
                                    


PARTE 1

¿Que debo hacer?

~ ¿Cuando fue la última vez que visitaste un doctor? ~ interrumpe mis pensamientos.

¿Qué?

~ Me revienta ponerme estás cosas ~ protesta, sosteniendo en alto el condón.

Lo deja en el suelo y se pone los vaqueros.

~ ¿Eh? ~ dice al ver que no respondo, y me mira expectante, como si esperara mi opinión sobre el tiempo.

Madre mía, eso es algo con lo que no contaba......

~ Lo hago dos veces al año. Me toca la próxima semana.

Me miro las manos.

~ Me tienes que avisar para acompañarte, o mejor cambia de doctor, haré que te vea mi doctor de cabecera.

Qué mandon es. Lo miro trastornado. Se sienta en la cama para ponerse los calcetines y los zapatos.

~ ¿Vas a hacerlo?

Niego con la cabeza. Ya estamos otra vez con las fusiones y adquisiciones, otro cambio de humor de ciento ochenta grados.

Frunce el ceño.

~ Le pediré al mío que pase a verte por tu piso. El domingo por la mañana, antes de que vengas a verme tú. O le puedo pedir que te visite en mi casa, ¿Qué prefieres?

Sin agobios, ¿No? Otra cosa que me va a pagar.......claro que esto es por él.

~ En tu casa.

Así me aseguro de que lo veré el domingo.

~ Vale. Ya te diré a qué hora.

~ ¿Te vas?

No te vayas...... Quédate conmigo, por favor.

~ Si.

¿Por qué?

~ ¿Cómo vas a volver? ~ le susurro.

~ Pop viene a recogerme.

~ Te puedo llevar yo. Tengo un coche nuevo precioso.

Me mira con expresión tierna.

~ Eso ya me gusta más, pero me parece que has bebido demasiado.

~ ¿Me has achispado a propósito?

~ Si.

~ ¿Por qué?

~ Porque les das demasiadas vueltas a las cosas y te veo tan reticente como a tu padrastro. Con una gota de alcohol ya estás hablando por los codos, y yo necesito que seas sincero conmigo. De lo contrario, te cierras como una ostra y no tengo ni idea de lo que piensas. In vino Veritas, Chawarin.

~ ¿Y crees que tú eres sincero conmigo?

~ Me esfuerzo por serlo ~ me mira con recelo ~. Esto solo saldrá bien si somos sinceros el uno con el otro.

~ Quiero que te quedes y uses esto.

Sostengo en alto el segundo condón.

Me sonríe divertido y le brillan los ojos.

~ Chawarin, está noche me he pasado mucho de la raya. Tengo que irme. Te veo el domingo. Tendré listo el contrato revisado y entonces podremos empezar a jugar de verdad.

~ ¿A jugar?

Dios mío. Se me sube el corazón a la boca.

~ Me gustaría tener una sesión contigo, pero no lo haré hasta que hayas firmado, para asegurarme de que estás listo.

LAS 50 SOMBRAS DE PRUK PANICHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora