Cap 16

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—¿De verdad quieres a Sehun? —, indagaba el, mientras cerraba la puerta de su aposento.
—Puede ser, él no me aparta de su lado cuando se siente amenazado—, gruñó ella.
—¿Él no se aparta de tu lado?—, preguntó el mientras se acercaba lentamente a ella.
—puedo considerarlo como un futuro esposo—, aseveró ella.

Jungkook sabía que lo hacía para provocarlo, pero esa tonta niña no sabía lo que estaba haciendo.

—No sabes lo que estás haciendo Lisa—, le dijo él una vez en frente de ella.
—Se exactamente lo que estoy haciendo—, aseguró ella mientras lo encaraba.
—Entonces te quieres casar con el—, le indagó mientras acercaba sus labios a lo de ella.
—Si—, respondió ella con la respiración entrecortada mientras era seducida por él.
—Entonces porque viniste—, le indagaba el mientras con una mano la tomaba por la espalda y con la otra alzaba su mentón para que lo mirará.
—Si te vas a casar asegúrate que sea con alguien que te haga sentir así—. Sentenció él para besarla.

El duque se había apoderado de su boca, arrancándole gemidos audibles a la princesa, que lo hacía perder más el control. Lentamente fue descendiendo por su cuello hasta llegar a sus pechos para morderlo por encima de su vestido, Jungkook empezó a desatar el cierre de su vestido lentamente para darse cuenta de que ella no llevaba su corpiño una vez que vio sus pechos asomarse libremente, aquellos pechos que había visto aquel día que la vio desnuda.

Se apoderó de uno de ellos mientras ella seguía pérdida en la sensaciones que él le provocaba, ella empezó a desabotonar su camisa poco a poco para encontrarse con su pecho.

Ella se detuvo un momento para terminar de desatar su propio vestido lentamente mientras se lo terminaba de sacar por sus piernas quedando completamente desnuda frente a él.

—<<Nadie se desnuda como tu>>—, le dijo él para acercarse a ella y tomarla en brazo hasta posarla en medio de su cama.

Este se quedó un momento contemplándola encima de su cama desnuda, su peinado se había desecho, su princesa estaba justamente donde siempre había deseado, en su cama.

—¿Pasa algo?—, preguntó ella avergonzada por estar debajo de su mirada desnuda.
—No, simplemente eres malditamente perfecta—, sentenció para terminar de desvestirse e ir hasta ella.
—Jungkook tu promesa, no puedes tocarme, no estamos casados—, le acordó ella solo para estar segura de que él no se arrepentiría luego.
—Al diablo la promesa—, concluyó el para adueñarse de sus labios ferozmente.

Jeon masajeaba su pechos magistralmente mientras la princesa yacía debajo de él, había deseado este momento desde que la vio en el cuarto de baño y ya no había vuelta atrás, Lisa sería suya. Bajo hasta uno de sus pechos para saborearlo, mientras lentamente bajaba su mano a su entrepierna, ella se tensó al sentir su tacto.

—Abres tus piernas—, le ordenó el. Ella estaba algo dudosa, había leído novelas sobre esto pero vivirlo era diferente, había escuchado hablar de la primera vez y lo difícil que era para una mujer, pero hasta ahora solo había sentido placer.
—No te haré daño, te lo prometo, solo necesito prepararte para mi—, le expreso el duque mirándola fijamente.

Ella obedeció y poco a poco fue abriendo sus piernas para sentir como el empezaba a acariciar su centro, había iniciado con movimientos lentos que enviaban pequeña corriente por todo su cuerpo y pronto sintió la necesidad de más. Jungkook estaba por perder la última gota de control que tenía cuando la sintió moverse en contra de él buscando su propia liberación.

Así que empezó a mover sus dedos en su centro más rápido mientras veía como salía de su garganta gemidos agudos.

—Si amor, hazlo, córrete para mi—, le incitaba el duque, mientras la veía a la cara, quería grabar este momento en su cabeza, aunque fuera la primera y última vez que lo hiciera.

Hasta que sintió como empezaba a sacudirse fuertemente terminando con un gemido que fue callado por los labios de él. Jeon no espero más y se posicionó entre ella obligándola a abrir sus piernas. Lisa sintió su miembro chocar con su feminidad y por un momento titubeó y él lo noto, notaba cada parte de ella.

—Tranquila, seré cuidadoso—, le dijo mientras la miraba a los ojos. —Solo mírame, concéntrate en mi—, le pedía el mientras poco a poco se adentraba a ella, ella seguía mirándolo como él se lo había pedido, pero en un impulso Lisa agarro unos de sus brazos enterando sus uñas, pero él seguía adentrándose poco a poco, para terminar dentro de ella con una sola estocada.
—¿Y ahora? —, le preguntaba la princesa algo confundida.
—¿Ahora?, ahora te haré gritar mi nombre hasta que corras—, sentenció el duque mientras empezaba a menearse lentamente dentro de ella para que se acostumbrara a él.

Lisa no lo podía creer, se había entregado a él, era de él, sabía que le pertenecía a él, pero todo pensamiento quedó eclipsado en ese momento cuando sintió al duque acelerar sus estocadas provocándole arquear su espalda para recibirlo más profundo. Quería llegar, no sabía a dónde, pero quería llegar.

—Dilo—, ordenó el duque. Pero ella solo podía gemir de placer debajo de él.
—Dilo—, volvió a ordenarlo él.
—más, más, quiero más—, dijo finalmente ella para sentir como el daba estocada profunda, mientras volvía a torturarla agarrando su senos mientras los masajeaba.
—Segura que quieres casarte con el maldito de Sehun—, le preguntaba el, mientras la veía cerrar sus ojos y abrir su boca.
—No, no quiero—, gritaba ella mientras el duque tomaba sus dos manos aprisionándolas por encima de su cabeza con una de sus manos, mientras agilizaba sus embestidas.

Lisa simplemente no encontraba como describir lo que estaba sintiendo en el momento, pero solo sabía algo, le gustaba lo que hacía, lo que él le hacía. Y rápidamente sintió como una fuerte corriente corría por su cuerpo concentrándose entre sus piernas, para sentir como explotaba otra vez, había llegado a la cima con una última embestida.

Miro la cara del duque, que le parecía un poema, una pequeña capa de sudor ya corría por su frente, tocó su espalda y esta yacía totalmente mojada, pero cuando lo hizo este rápidamente salió de ella para terminar derramándose a su lado. Los dos estaban frente a frente acostado sin decir una sola palabra, hasta que ella rompió el silencio.

—Fue, fue indescriptible—, decía la princesa tratando de llegar a la tierra, pero lo único que vio fue una media sonrisa por parte de él, hasta que se fue quedando profundamente dormida.


—Fue, fue indescriptible—, decía la princesa tratando de llegar a la tierra, pero lo único que vio fue una media sonrisa por parte de él, hasta que se fue quedando profundamente dormida

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EN TÚ CORAZÓN.  (Liskook/lizkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora