Las campanas del puerto despertaron a Ceisia. Había pasado una semana desde que Eiden había formalizado el contrato con ella y con Mythanar. Durante esos días ella había pasado bastante tiempo con el comerciante, aprendiendo las bases sobre cómo debía hacerse cargo de las cosas en su ausencia. Debido a eso también había pasado varias tardes con Mythanar, que solía aparecer a discutir con Eiden los detalles de su contrato. Durante aquellos días la cercanía con Eiden había permitido a Ceisia averiguar más cosas sobre el sin'dorei. Desde luego se trataba de alguien extraño, no solo por la naturaleza de su enfermedad, sino también por sus costumbres. Gustaba de ser bastante preciso cuando hablaba, no gustándole que se malinterpretara o tergiversaran sus palabras. Ciertamente era alguien acostumbrado a mandar sobre otros, hecho a la dinámica de "se hace exáctamente lo que yo digo". A pesar de ello Eiden parecía tratar bien a sus empleados y socios, pues así lo demostraba con Mythanar y Ceisia, especialmente con la quel'dorei, que no tenía apenas formación en el trabajo que se le había encomendado. Aún así, el elfo se mostraba paciente en sus explicaciones, tratando de simplificar las cosas todo lo posible para que Ceisia pudiera aprender cuanto antes. Además, parecía mostrarse muy transparente con respecto a la naturaleza del negocio, aunque el que parecía demostrar más curiosidad era Mythanar, que seguía sin entender qué podía llevar a alguien a montar tremenda operación para vender caramelos. No fue hasta que Eiden le explicó la peculiaridad de su producto que Mythanar empezó a comprender qué estaba transportando.
Las campanas volvieron a resonar, y Ceisia decidió acercarse a su ventana para mirar a qué venía tanto escándalo. Un barco pesquero había fondeado y traído su inusual carga, un tiburón de más de seis metros, que estaba siendo elevado por una de las grúas del puerto, enganchando al escualo de la cola para moverlo. Ceisia nunca había visto un ejemplar tan grande, pero para los goblins parecía algo relativamente normal, pues simplemente observaban a la grúa cargando con el animal como quien lee la lista de la compra.
Alguien llamó a la puerta, y Ceisia se giró de golpe, mirándose de arriba a abajo. Ella solía dormir con una camisola y unos pantalones de lino, ropas con las que podía ser poco apropiado recibir a ninguna visita. Rápidamente fue a la cómoda, donde había guardado sus vestidos y sacó el primero que tuvo a mano, preguntando mientras se desvestía:
– ¿Quién es?
Por el otro lado resonó una voz que pudo reconocer sin mucho problema:
– Soy Mythanar. – Respondió el elfo.
El corazón de Ceisia se aceleró de repente. Empezó a vestirse con velocidad mientras volvió a gritar:
– ¡Un segundo! – Dijo mientras terminaba de alisarse el vestido que se acababa de poner.
Corrió hacia la puerta con todo el sigilo que pudo pero, antes de abrir la puerta, se fijó en que su cama estaba sin hacer. Volvió a darse la vuelta para, en primer lugar, echar bajo las sábanas su pijama, y luego estirar las sábanas de la forma más rápida que supo.
Miró hacia el resultado en cuanto terminó: No creía que fuera a engañar a nadie que mirara, pero al menos de lejos podría aparentar estar hecha. Volvió a la puerta, abriéndola para encontrarse a Mythanar, apoyado perezosamente sobre el marco. Obviamente llevaba esperando bastante a que le abrieran.
– ¡Hola! – Saludó Ceisia, un tanto acalorada por haber corrido de un lado a otro de la habitación.
Mythanar miró divertido a Ceisia y respondió:
– ¿Te he despertado? – Se limitó a preguntar.
Ceisia negó varias veces con la cabeza, bastante nerviosa. Tanto en Quel'Thalas como en Theramore le hacían levantarse bastante pronto y era ahora, con su llegada a Bahía del Botín, que empezaba a cambiar su horario de sueño. Ahora trasnochaba algo más, especialmente porque a veces se quedaba hablando con Lyn hasta las tantas.
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[Fanfic Warcraft] El demonólogo
FanfictionBahía del Botín, año 28 tras la apertura del Portal Oscuro. Una joven quel'dorei procedente de Theramore llega al puerto Bonvapor. Allí descubre que la ciudad goblin ofrece refugio, aventuras y una vida a más elfos. Uno de esos elfos es la enigmátic...