Capítulo 3: Inseguridades

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Maldición, quiero desaparecer de la vergüenza que tengo. Ethan busca por todas partes mi short de baño pero no logra encontrarlo.

– ¿A dónde se habrá ido? No está por ninguna parte – el pelirrojo giraba la cabeza en múltiples direcciones

Me sostuve de sus hombros y nadamos un poco los alrededores pero no había rastro del bañador por ninguna parte.

– ¿Y ahora qué hago? No puedo salir desnudo.

– No te preocupes por eso – dijo él

– Ya me avergüenza bastante que me veas tú… – bajé la cabeza

– Dani, llevamos casi un año viviendo juntos. No me importa verte desnudo. Además, eres mucho menor que yo, no te avergüences. Espera un segundo – se quitó la camisa de mangas largas que tenía – Ponte esto, vamos a salir. Te compraré otro traje de baño y seguiremos jugando por acá.

– Mejor solo vámonos, ya no tengo muchas ganas de jugar.

– ¿En serio? – suspiró – Vale. Compraré el almuerzo y regresaremos a la casa.

Fui vestido todo el camino con su camisón, es tan grande que me cubre hasta las rodillas. Al llegar, Ethan entró primero al baño para ducharse, luego fui yo. Mientras salía pude sentir un olor delicioso proveniente de la habitación. El pelirrojo había comprado una gran pizza para compartirla conmigo.

Él estaba acostado, vistiendo una camiseta de tirantes blanca y un short negro, masticando un trozo de pizza y disfrutando del aire acondicionado. Llegué para sentarme en la cama y tomar un trozo.

– Está rica – comenté, él se quedó en silencio – ¿Estás… molesto? – pregunté con cautela

– ¿Molesto? No… Solo… No entiendo a qué viene tanta vergüenza de tu parte. Confío muchísimo en ti Dani y no te veo como un amigo común. Así que… no logro entender por qué te avergüenza que te mire, o que te toque un poco. Hasta ahora… te he tratado como mi hermanito pequeño, el que siempre quise. Y eres muy importante para mí. Y yo pensaba que me veías como un hermano mayor. Pero… si ese trato te resulta incómodo lo puedo dejar de hacer ¿oíste? Solo tienes que decirlo y a partir de ahora serás mi colega íntimo, solo eso – no supe exactamente qué contestar – ¿No vas a hablar?

– No se trata de eso… Solo no sé explicarlo bien.

– Solo suéltalo. Dijiste que me querías, así que yo también te quiero, por eso quiero entender qué te molesta de mí.

– En realidad… lo que me avergüenza soy yo.

– ¿De qué hablas?

– Me avergüenza que un tipo tan grande y musculoso como tú me vea desnudo, o me toque. Porque soy tan pequeño y delgado, y no me gusta ser así – cerré los ojos – Lo lamento si te hice pensar mal. No es tu culpa, es solo mi personalidad…

Él lucía sorprendido – ¿Entonces estás inseguro sobre tu cuerpo? ¿Es eso?

– Sí… Quisiera ser grande y fuerte también. Pero es complicado.

– Lo lamento, no tenía ni idea… Pero oye, no todo es color de rosas teniendo un cuerpo como el mío. Hay muchas cosas que no puedo hacer y tú sí.

– ¿Cómo qué?

– Por ejemplo… sostener un lápiz es complicado. Cuando estaba en instituto tenía que usar lápices y cuadernos a mi medida. Era tan molesto… Y también hay muchos otros trabajos que requieren delicadeza que no puedo hacer como coser, y comprar ropa de mi talla también es un fastidio. Tú en cambio puedes hacer todo eso, y encontrar ropa que te quede es más sencillo. Tienes esas ventajas

Fuera de Escala [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora