CALEB McLAUGHLIN

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Caleb POV

- ¿Ya vienes en camino? - Le pregunté a Finn mientras jugaba a atrapar una pelota en mi habitación.

- No me tardo, llego en cinco - Respondió y asentí aunque no pudiera verme.

- Nos vemos, Finn - Atrapé la pelota y me senté para dejarla a mi lado.

- Nos vemos - Habló y luego colgó.

Dejé mi celular en la cama y luego bajé a la cocina para tomar un poco de agua.

En los últimos días había estado demasiado estresado por la muertes, dos personas y un ataque, no podía creer que algo así estuviera pasando y no fuera una película, era tan irreal para mí y a la vez tan aterrador.

Seguía sin creer que hubieran ocurrido dos muertes, Sadie y Jack, ambos eran mis amigos y una muerte me había dolido tanto como la otra.

No sabía por qué alguien querría hacer eso, matar a alguien, a personas con una vida por delante. Al inicio me pareció como si fuera una broma pero cuando lo confirmaron quise ir y verlo con mis ojos, porque no podía creer que mis amigos hubieran muerto.

Dejé el vaso en su lugar y escuché el sonido del Do en el piano de la sala por lo que me tensioné inmediatamente. No pensaba quedarme y ser una víctima más así que volteé un poco la cabeza y luego comencé a caminar lentamente tratando de no hacer ruido.

Decidí salir por la puerta trasera y dar la vuelta, no pensaba atravesar la sala y arriesgarme a morir. Una vez estuviera a salvo llamaría a la policía para que arrestaran a ese psicópata.

Abrí la puerta en silencio y luego comencé a caminar con cautela para que no notara qué había salido.

- ¿Te gustan las escondidas Caleb? Creí que tu juego favorita era Las traes - Mi sangre se heló en ese momento, al escuchar esa voz tan aguda a mis espaldas.

Comencé a correr para poder seguir con vida, para poder seguir respirando porque no quería morir, no ahora.

Un brazo me rodeó el cuello y luego clavó su cuchillo en mi pecho pero para que mi grito no se escuchara me cubrió la boca con fuerza.

Intenté liberarme pero siguió enterrando su cuchillo más y más profundo mientras mi dolor se intensificaba, las lágrimas salían sin parar y me dejó desorientado al golpearme la cabeza con mango del cuchillo.

Me comenzó a arrastrar de regreso a la casa, aprovechando que me encontraba sin fuerzas para luchar y mareado por el golpe que me había proporcionado.

Me subió por las escaleras arrastrándome, ocasionando qué mi espalda golpeara contra los escalones hasta mi habitación y yo me quejara por el dolor provocado.

Me golpeó con el mango de su cuchillo múltiples veces, cada golpe más llenó de ira, de odio. La cara me ardía, sentía como la sangre emanaba y con cada golpe soltaba un grito aun más fuerte, no sabía porque no me mataba de una vez, el por qué alargar mi sufrimiento partiendo me la cara con cada golpe.

Escupía sangre intentando moverme pero era inútil, estaba desorientado y muy mal herido solo un verdadero milagro iba a poder salvarme.

Terminó clavando su cuchillo en mi pecho una vez más y yo solté un grito lleno de dolor, el sentir el filo del cuchillo atravesando mi piel y mi dnsgtr salir de a montones manchando mi ropa y el suelo de mi habitación.

Detuvo mi grito al pasarme el cuchillo por la garganta dejándome sin la capacidad de hablar, de pedir ayuda y solo desangrandome hasta caer en el frío vacío de lo que era la muerte.

...

Omnisciente

Finn Wolfhard estaba a punto de llegar a casa de su amigo, sin contar con lo que iba presenciar, con la sádica escena qué lo esperaba en casa de su amigo.

Desde afuera de la casa logró escuchar ruido, quejidos, golpes por lo que se alarmó y comenzó a golpear la 0uer5s llamando a si amigo una y otra vez casi a gritos.

Nadie abría la puerta, así que decidió dar la vuelta para averiguar qué pasaba, para asegurarse qué sólo fuera su mente la que estaba jugando con su juicio, sin percatarse de la atenta mirada de Gaten sobre él, llena de desconfianza al verlo entrar a hurtadillas a casa de Caleb, quien estés ba a solo segundos de sufrir una fatídica muerte.

Entró en la casa y los ruidos se hicieron más fuertes con cada paso que daba, lo que lo hacía pensar que no era producto de su mente, algo estaba verdaderamente mal y el camino de sangre hacia el segundo piso se lo confirmó.

Se quedó estático en su lugar al oír el grito desgarrador de su amigo y subió las escaleras tan pronto como reaccionó, estaba dispuesto a hacer lo que tuviera a la mano para salvarlo, porque no podía permitirse perder a otro de sus amigos pero había llegado tarde sin saberlo.

Entró en la habitación de su amigo aceleradamente y las lágrimas salieron de sus ojos tan pronto como contempló la escena, aquella retorcida y sangrienta escena, digna de una película de gore con la cantidad de sangre que tenía el cuerpo inerte de Caleb.

Caleb se encontraba recostado en la cama con una línea en forma de sonrisa de lado a lado en su cuello, su pecho había sido perforado por un cuchillo de manera tan profunda que la pequeña pelota de tenis con la que solían jugar encajaba a la perfección en aquella perforación, ¿Cómo lo sabía? Porque aquella pelota estaba enterrada en su pecho, en la parte en la que se situaba su corazón siendo manchada de la sangre de Caleb Mclaughlin.

MURDERS // Finn Wolfhard [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora