CAPITULO 3

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Muchos de mis poderes me han servido para sacar ventaja de muchas cosas, y he aprovechado eso desde siempre.

Desde que era pequeño aprendí a volar antes que caminar porque al intentarlo me caía, era más fácil volar, aprendí que era más fácil usar mis poderes para encantar a todos e irme ganando poco a poco su cariño y así ellos me daban cosas a cambio. Nunca fuí muy bueno en la escuela, pero todos los maestros me adoraban y me pasaban aunque yo no lo mereciera, y así es como me volví un héroe también, usando mi encanto y las ventajas que me dió la vida para lograr sobresalir.

Porque yo sé que sin mis poderes no soy nada.

Sin mis poderes solo soy un alienígena de un planeta muerto que llegó a la tierra en busca de una mejor vida... Tal y como él.

Estoy consciente de que si Megamente tuviera poderes al igual que yo las cosas serían diferentes, o si yo no los tuviera y él sí, yo sería el marginado. A Metrociudad no le importamos en lo absoluto, solo le importa lo que puede obtener de nosotros.

De mi: un protector.

De él: Nada.

O al menos eso es lo que ellos decidieron, si tan solo se detuvieras a ver los increíbles artefactos que si increíble mente es capaz de crear quedarían maravillados, pero son unos hipócritas superficiales, no le dan la oportunidad por su apariencia.

Tuve la suerte que mi especie fuera casi idéntica a la especie humana, eso me ha llevado a tener fans. Pero Megamente es diferente, su especie no se parece a los humanos y eso le ha valido burlas.

Sé con certeza que sí él también fuera parecido a los humanos, le hubieran puesto atención cuando creó esa Arana deshidratadora en cuarto grado.

Y usar mis poderes para sacar provecho de todo no se limita solo a mi vida como héroe, también a mí oscuro secreto. Más de una vez he usado mi super velocidad para ir a verlo, a veces él está dormido y puedo ver lo adorable que se ve hecho bolita en su cama. Otras veces uso mi super visión para ver lo que está haciendo, me encanta verlo cuando está pensando en un nuevo plan para derrotarme, sus gestos al pensar son tan graciosos y tan lindos que me hacen desear volar directo hacia él y plantarle un beso.

Pero no debo.


Honestamente, solo me volví un héroe porque todos esperaban eso, siempre me dijeron que no utilizar mis poderes era un completo desperdicio, que era un egoísta por no ayudar a tanta gente sufriendo allá afuera. A pesar de todos mis poderes cada habitante de Metrociudad tenía algo que yo no: Opciones. Desde que recuerdo siempre tuve que ser lo que la ciudad Necesitaba que fuera, ¿Pero que hay de lo que yo quería hacer?





¿Qué es lo que quiero?




Desearía tanto poder ser normal, porque si yo no fuera un héroe no habría ese dilema sobre que no puedo quedarme con el villano, si fuera una persona común y corriente podría ir y tomarlo de la mano y exclamarle cuanto lo deseo. Tal vez podría tenerlo a mi lado sin miedo a que la ciudad se decepcione, porque nadie me prestaría atención.

Pero las cosas no son así.


Por ahora y por siempre deberé confirmarme con esto, con usar mi super velocidad para entrar a su baño mientras el se ducha y ver la cortina, ver su silueta marcada en la sombra que proyecta la cortina.

Una hermosa figura a mi parecer.


Para la mayoría él será horrendo, pero para mí es hermoso. Dejando de lado que su cabeza es más grande, amo como si cuerpo delgado se marca tan bien en la sombra que me hace querer correr la cortina para ver ese cuerpo en todo su esplendor. Pero no lo hago, jamás he usado mis ventajas para cruzar esa línea, además de que si lo viera desnudo ya no podría verlo a los ojos en nuestra próxima pelea, se me aceleraría tanto el corazón que explotaría y destruiría media ciudad.

Solo contemplo la cortina que me permite ver la silueta de su cintura pequeña, sus piernas largas y delgadas, tan finas.

Y me voy de ahí, si me quedo más tiempo no podré resistirme.












Desearía tanto dejar este puesto, desaparecer y poder ser libre finalmente.









































Y fue entonces que se me ocurrió la brillante idea....











































De fingir mi muerte





















Continuará.

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