Naruto - Le besoin d'une mère ✔️

5 - Arena, pero no playa

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 5

Arena, pero no una playa

"¡Hombre, esta arena apesta!" Se quejó cierta rubia. Tiró de una parte de su shemagh cubierta de arena y tiró de ella hacia abajo para refrescarse la cara. Al instante, la arena le cubrió la parte inferior de la cara, se frotó la boca y escupió arena antes de volver a subirse rápidamente la tela. Desearía no tener que llevar la cabeza cubierta, pero después de que los granos voladores asaltaran su piel desnuda, se dio cuenta de que era o llevar el atuendo apropiado o ser acribillado por la arena. Su cubrecabeza era de un color apagado y pálido, y hacía juego con las áridas dunas por las que caminaba. También combinaba con el resto de su vestimenta, que sustituía a la habitual. Sus pantalones de color canela estaban ceñidos con cinta a partir de las espinillas, y su camisa de manga larga también estaba ceñida con cinta a partir de los codos. Esto se hacía para evitar que entrara arena, pero no contribuía en nada a la ventilación. También disimulaba muy bien a Naruto, que era una cara muy reconocible en las naciones.

"Tenemos suerte de que la misión nos lleve directamente a través de un desierto durante una tormenta de arena", dijo Shikamaru a través de su propio shemagh. Su atuendo era similar al de Naruto, pero con ligeras variaciones. Disfrutaba tanto de ser golpeado por la arena como de que su camarada se burlara constantemente de Temari. Lo peor era que la tormenta le impedía encenderse. Los dos continuaron cubriendo terreno hasta que encontraron un lugar adecuado para establecer un campamento temporal.

Era un viejo edificio en ruinas que llevaba mucho tiempo abandonado. La arena había estallado contra una de sus paredes y se había acumulado formando una duna tan alta como la casa de un solo piso. Abrieron la puerta y la arena se deslizó fuera de la casa. El peso de la arena debió de hacer ceder una ventana, porque en el interior no se podía ver el suelo a través de los desiguales terrones de arena.

"Estupendo. Siempre he querido dormir en un cajón de arena literal", dijo Naruto en tono inexpresivo. Se sentó en la arena y se sintió aliviado al sentir su frescor. Aún podía oírse el fuerte viento que rasgaba las dunas, incluso con la puerta cerrada.

"Mejor esto que estar fuera", respondió Shikamaru y se quitó la mochila. Rebuscó en ella y sacó una cantimplora para echar un trago. Luego sacó un quemador portátil y una olla, y comenzó el proceso de hervir agua. Mientras hacía esto, Naruto sacó el señuelo de información y comenzó a lanzarlo al aire y atraparlo para ocuparse mientras esperaban a que el agua hirviera. Finalmente se cansó de lanzar el libro y comenzó a hacer garabatos en sus páginas.

"Entonces, ¿a qué distancia estamos de la gota muerta?" preguntó Naruto, levantando la vista del libro en el que estaba garabateando.

"No muy lejos. Si nos movemos al amanecer llegaremos mucho antes del mediodía. Tendremos tiempo de sobra para prepararnos y ver la caída". Igualó a Naruto y se reclinó sobre el sorprendentemente acogedor montón de arena.

"Bonito. ¿Dónde está?"

"Un pequeño pueblo a medio camino utilizado por las caravanas para reabastecerse y descansar. Debe ser un pueblo bastante tranquilo, un lugar perfecto para dejar información". Dijo Shikamaru mientras el agua de la olla hervía sin parar. Agarró la olla con su shemagh ya desenvuelto y vertió un poco del humeante líquido caliente en una taza de ramen instantáneo. Alargó la mano y vertió el resto en la otra taza de ramen que estaba en manos de Naruto.