Naruto - Le besoin d'une mère ✔️

8 - Ropa sucia

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 8

Ropa sucia

Los ojos azules se abrieron lentamente para absorber la suave luz amarilla que iluminaba la habitación. Nada había hecho que el chico de cabello rubio se despertara, pero se encontró consciente, parpadeando para alejar la borrosidad del sueño de sus ojos. Apoyó la cabeza en el cojín del sofá y lo primero que vieron sus ojos limpios fue el ventilador de techo. Sus dos bombillas seguían ardiendo con fuerza; sus ventiladores seguían picando el aire que quedaba atrapado en su alcance. Se había olvidado de apagarlos antes de dormirse. O más bien, estaba demasiado ocupado con la mujer que ahora descansaba sobre él como para haber hecho nada.

Hablando de la mujer, cuando Naruto miró su forma dormida, su corazón saltó y se calentó. Todo lo que podía ver era la parte superior de su cabeza y los cabellos que salían de ella, y miró hacia abajo con leve incredulidad. Nunca pensó que llegaría a este punto con ella. No era su intención inicial, pero después de pasar los meses con ella, se encontró a sí mismo anhelando perseguirla románticamente. En las últimas semanas había estado esperando, intentando reunir el valor para probar suerte. Ese coraje llegó a su punto de ebullición anoche, y con la ayuda del vino, Naruto expuso su corazón a Mikoto. La reacción de ella fue completamente inesperada, pero él estaba extasiado de que así fuera. Tenía a la mujer de la que se había enamorado sobre su pecho después de una vigorosa sesión de amor. ¿Qué podría ser mejor? Esbozó una enorme sonrisa y le besó la coronilla. La acción hizo que ella se removiera, y cuando levantó la cabeza para mirarlo, Naruto estaba allí para saludarla.

"Hola, hermosa", dijo con una sonrisa ligera pero contagiosa. Mikoto, aún somnolienta por el sueño, movió su cuerpo a lo largo del de él, inclinando su cabeza hacia adelante para que se besaran. Fue un beso corto y lleno de emoción. Cuando levantó la cabeza, su rostro mostraba la misma sonrisa.

"Hola.

"¿Has dormido bien?" Mikoto hizo una pausa para pensar cómo se sentía. Se pasó un dedo por los labios mientras formulaba las palabras en su cabeza.

"Sí, pero no parece que hayamos dormido mucho tiempo". Naruto asintió. Sus ojos estaban cálidos y pesados; permanecían cerrados más tiempo de lo normal cada vez que parpadeaba.

"Sí, yo siento lo mismo. Déjame ver". La rubia se sentó, haciendo que el Uchiha sobre su torso se moviera a un lado del sofá para permitirle salir de debajo de ella. Giró el cuerpo para poner ambos pies en el suelo que había debajo. Sus pies descalzos se clavaron en la suave y gruesa alfombra. Se levantó del sofá y dio un paso hacia la cocina antes de que su entorno se convirtiera en un borrón. Las paredes le pasaron volando mientras caía en picado al suelo. Extendió las manos para amortiguar la caída y, afortunadamente, funcionó. En la alfombra de olor poco fresco, oyó a Mikoto soltar una ligera risita. Miró hacia ella y vio que le señalaba las piernas con el dedo. Al echarles un vistazo, las vio enredadas en los vaqueros que le rodeaban los tobillos.

"Me había olvidado de eso", dijo mientras se ponía en pie. Se subió los pantalones y se cubrió con un movimiento fluido. Con esa debacle fuera del camino, continuó su camino hacia la cocina, donde miró la hora que aparecía en el microondas. Este electrodoméstico era el único de su casa que mostraba la hora, aparte del despertador, que estaba en su dormitorio. Al leer el reloj digital, emitió un zumbido de sorpresa.