°•ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟜•°

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-Y si no vamos los dos, es que no quiero estar solis. —dijo con rostro de niña pequeña, a pesar de que traía su máscara Óbito conocía ese tono de habla—

—suspiro— Bien. —terminó de hablar antes de ser interrumpido por Miko—

-¿¡Y si mejor vamos a tu aula!? —dijo
feliz—

-No, mejor yo ya me voy a el aula que me toca y tu a la que te toca, ve, ya no me quites el tiempo. —dijo separándose de Miko—

-Maldición! —susurro a modo de enojo orgulloso al no lograr nada—

Pues las clases pasaron normal, todo bien, todo correcto, paso como un día normal y corriente.

La ultima clase a Óbito le tocaba ir a el aula A, la clase estaba pasando normal cuando de pronto, el sonido de la puerta abriéndose bruscamente y una voz enojada se escucho, Óbito volteo el rostro y vio a... Madara.

-Óbito, tenemos que hablar.

-¿Qué pasa, porque interrumpe?
—pregunto confundido—

-Vamos a la dirección, devemos hablar ahora. —dijo tomándolo de la muñeca, y arrastrándolo a la salida, al momento de salir del aula Óbito se separo del agarre, Madara iba a volver a agarrarlo pero fue empujado por alguien—

-¡Madara Uchiha, si tocas a Óbito, desasemos el trato! —dijo una voz femenina—

-¡Miko! ¡Óbito ya esta obligado a casarse, sí o sí! —dijo colmando la paciencia de Miko—

-¡Papá ya te dije que no me quiero casar con la metiche de Rin! —se defendió—

Narra Miko——————————————–

Sentía que me hervía la sangre, quería golpearlo con todas mi fuerzas pero no acostumbro a pelear tan seguido...

-¡Entonces, renuncio y ahora mismo desasemos el trato!

De pronto escuche que todos los que estaban dentro del aula empezaron a gritar, volví mi mirada y vi a Deidara, con cara de... ¿De verdad renunciara? Me dolía dejarlo pero no tenía otra opción...

-Esta bien, atrazare la boda, pero aún así fue tendrás que casarte con Rin. —fue lo último que dijo y se fue—

-¿Estas bien Óbi? —le pregunte mirándolo a la cara—

-Sí, gracias por intentar defenderme.
—me dijo antes de abrazarme—

-No me gustan los abrazos, quítate. —dije aunque no lo decía en serio, me gustan los abrazos, pero no mucho—

Después de que Óbito me haya abrazado escucho una "alarma", voltee la mirada y vi a todos gritar de emoción, "Valla, que locura", fue lo que pensé antes de separarme de su abrazo.

Óbito me dio las gracias y volvió a adentrarse a el aula A, antes de que se fuera le dije al oído...

-Recuerda que no siempre te defenderé para que te cases con Rin, primero encuentra a alguien. —dije antes de irme a mí aula—

Óbito quedó algo confundido, pero por su expresión no le tomo mucha importancia.

Narra omnipresente——————————

La última clase terminó, Miko como siempre fue a el aula de Óbito para charlar, o simplemente pelear. Todos los alumnos ya se habían ido exceto el rubio, quien estaba terminando un trabajo. Miko se sentaba encima de la mesa de Óbito.

Deidara ya había terminado por lo que fue a entregar aquel trabajo.

-Aquí esta el trabajo profe Tobi. —dijo entregando su trabajo—

-¿Por qué te quedas a terminar los trabajos? Los puedes entregar mañana, ¿lo sabes? —pregunto e dijo el azabache mirándolo—

-Hay ya déjalo. —mirando al chico rubio el cual parecía que estaba aburrido de que todos los años(de colegio: Secundaria y primaria) siempre le dijeran lo
mismo— Ha sí, por cierto, Deidara, Óbito ¿Quieren ir a una fiesta conmigo?
—pregunto con un tono de voz alegre—

-Claro, porqué no. —dijo feliz el chico rubio—

-No, la última vez me intentaste matar, le rompiste el hocico a un pobre chico, casi te peleas con el guardia, y aún así quieres que vaya a una fiesta contigo, ni loco. —rechazo su invitación recordando lo anterior dicho—

-Huy perdón...

-¡Bueno chinga su madre, si voy! —dijo decidido Óbito—

-¡Sííí! —dijeron el rubio y Miko—

Y bueno, los tres ya se habían ido a sus casas, mejor dicho, habitaciones de hotel, bueno dejando de lado eso... El azabache y Miko ya estaban listos, solo faltaban recoger a Deidara.

Después de recoger a Deidara en el coche, ambos tres se fueron hacía el punto, en donde sería la fiesta. Los tres llegaron a la dirección indicada...

Bueno... era un antro, Deidara quedo un poco asustado, Tobi-Óbito solo maldecía por aver ido... bueno Miko no parecía feliz, solo parecía confundido/a.

Bajaron del coche y entraron, claro sin antes pasar la fila, en la cual el/la menos sastifecho/a era Miko, quien odiaba hacer filas.

Un resumen rápido... pasaron la fila, al guardia, entraron y fueron a la barra. Al pequeño rubio se le ocurrió preguntar lo que otro preguntaría.

-¿Quien hizo esta fiesta en este lugar? —le pregunto Miko—

-Ya no tarda en venir. —dijo tomando un menú de bebidas, el cual fue arrebatado por Óbito— ¡¡OYE!! —grito mirando enojado/a a Óbito—

-No tomaras, aun no después de la otra vez. —dijo mirándolo con ojos un tanto retadores—

-¿Me estas retando a que no beberé nada? —le pregunto con los mismo ojos retadores, a pesar de que no se vieran—

-Eso mismo. —dijo mirándolo/a fijamente con algo de seriedad—

‐¡Camarero, deseo 2 copas de vino! —grito llamando la atención de los camareros que estaban hay—

-¿Qué? ¡Oye eso no se vale! ¡Eso es trampa! —dijo haciendo un puchero—

El camarero trajo las dos copas de vino y las dejo al frente de Miko, por lo que Miko decidió darle una copa de Deidara.

-Pe-pero yo no tomo profe Miko. —dijo apartando la copa—

-Lo sé, pero por lo menos, el sabor del alcohol será suave. —dijo antes de darle un gran sorbo a su copa—

-No le creas Deidara, eso mismo me dijo, y acabe bebiendo el alcohol más fuerte que haya existido. —dijo quitando le las dos copas a Miko—

-No lo puedo creer, Miko. —dijo una voz idéntica a la de Miko—

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゚・:*✿𝘼𝙘𝙖𝙨𝙤... ¿𝙖𝙘𝙖𝙨𝙤 𝙮𝙖 𝙣𝙤 𝙢𝙚 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙚𝙨?✿*:・゚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora