The last || Road to ninja

Prólogo

Hace mucho tiempo, cuando el concepto de shinobi no existía. Alguien probo el fruto prohibido y obtuvo el poder del chakra, con el cual intentó detener la era de la violencia. Sin embargo, con el paso del tiempo las personas se obsesionaron con el poder.

Algunos se preguntarán, para mantener el orden en este mundo, ¿es necesario el poder o el amor?

Este conflicto de diferentes puntos de vista desencadenó una larga guerra que continuó a lo largo de las generaciones venideras. 

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【10 años atrás || Aldea de Konoha】

—No tengo idea de por qué toda la aldea te adora.

—¡Sí! Que seas el Jinchuriki del zorro de nueve colas no te hace nada especial.

—Solo eres un monstruo por tener esa bestia contigo. Eso es lo que siempre me dice mi mamá sobre ti.

El pequeño rubio de ocho años resistió la repentina necesidad de llorar y correr. No haría tal cosa, no delante de esos niños que ni siquiera eran shinobis.

Menma lo sabía. Sabía que algunos de los civiles y un par de ninjas lo odiaban y temían. Si bien siempre los ignoraba, no podía evitar que sus insultos lo lastimaran.

—No me interesa lo que diga un grupo de niños que solo son unos simples civiles —dijo con frialdad.

Los tres niños mayores lo miraron con molestia, claramente ofendidos por las palabras del menor.

Menma se dispuso a seguir su camino. Tenía que llegar al parque donde seguramente sus amigos lo estaban esperando; después de todo, habían planeado jugar en la nieve hasta que sus padres fueran por ellos.

—Ten más respeto por tus mayores, mocoso —dijo uno de los niños con molestia mientras lo tomaba con fuerza por la muñeca y lo tiraba al suelo.

No sabía qué le dolía más, si el impacto de la caída o el dolor agudo de su muñeca por ser sujetado con brusquedad.

—Siempre estás apegado a tus padres, y es obvio que no podemos decir ni hacer nada con ellos presentes. Esta oportunidad es única.

—Sí, ni pienses que escaparás tan fácilmente.

Justo cuando el rubio pensaba que seguramente sus padres no se enojarían con él por atacar a un grupo de civiles que lo molestaban, escuchó unos pasos rápidos en la nieve.

—¡Oye, déjenlo!

Los tres agresores voltearon la mirada y observaron a un pequeño niño pelinegro corriendo hacia ellos.

—¿Eh?

—¿Quién es este?

Una vez que el niño estuvo frente a los tres mayores, se detuvo y trató de recuperar el aliento.

—Sasuke —susurró Menma, observando a su amigo.

Sasuke, al igual que él, estaba totalmente cubierto con ropa de invierno. La única diferencia era que el Uchiha llevaba un bento de comida envuelto en una tela con el logo de su clan en la mano derecha.

—Soy Sasuke Uchiha, segundo heredero del Clan Uchiha. La pregunta es, ¿quiénes son ustedes? —Uno de los mayores iba a responder, pero Sasuke lo interrumpió—. No, prefiero no saberlo. De todas formas, ninguno de ustedes es importante.

—¡TÚ!

El chico que gritó se acercó molesto, agarró el bento de comida y lo tiró al suelo antes de levantar al menor por el cuello de su chaqueta.