The last || Road to ninja

CAPÍTULO 1: El regalo perfecto.

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【Actualidad || En la aldea de Konoha - casa de la familia Namikaze】

—¿Y bien? ¿Qué le regalarás?

—¿Qué?

Menma casi deja caer el plato que estaba lavando al escuchar la pregunta de su madre.

—El regalo que le darás a Sasuke por el festival Rinne —respondió Kushina, poniendo los ojos en blanco—. Por Dios, Minato, siempre nos dicen que nuestro hijo es un genio, pero a veces parece todo lo contrario.

Minato disimuló su risa con una tos, aunque la sonrisa en su rostro lo delataba. Menma, por su parte, solo suspiró mientras seguía con la tarea de lavar los platos del desayuno.

—Con todas las misiones que tuve últimamente, no he podido pensar en nada.

—Aún falta casi un mes, ¡tienes tiempo! —exclamó Kushina con ánimo.

—No es tan fácil...

—Esta temporada es tan hermosa —continuó ella, ignorando por completo la protesta de su hijo—. Espero que Sasuke-kun piense que esta fecha es la oportunidad perfecta para, finalmente, proponerte matrimonio, dattebane.

—Kushina... —Minato frunció el ceño, claramente incómodo.

—¡Mamá! —Menma se sonrojó levemente, lanzando una mirada de reproche a su madre.

—Por Dios, no sean tan dramáticos. Sakura-chan y Karin-chan se casaron hace meses, y ambas son de tu misma edad —dijo Kushina con tono despreocupado.

—No es lo mismo, mamá. Las circunstancias no son las mismas.

—Y, además, ambos aún son muy jóvenes, querida. Nosotros mismos nos casamos a los 23 —añadió Minato, tratando de hacer entrar en razón a su esposa.

—¡Eso fue porque eras un cobarde! —espetó Kushina, entrecerrando los ojos—. Estuvimos comprometidos por años antes de que te dignaras a pedirme matrimonio. ¡Ya estaba a nada de proponerlo yo misma! Por Dios, Minato, ¡vivíamos juntos!

—Estábamos en guerra, querida —respondió él, su voz teñida de nerviosismo mientras observaba cómo el cabello de su esposa parecía cobrar vida poco a poco.

—¿Y qué? ¡Nunca has oído hablar del amor en el campo de batalla!

Menma decidió desconectarse mentalmente de la conversación de sus padres. Sabía que los deseos de su madre no se harían realidad. Sasuke había dejado claro, en cada conversación indirecta que habían tenido sobre el tema, que no deseaba casarse. Siempre respondía de manera evasiva o cambiaba de tema.

Aunque Sasuke había renunciado a sus conquistas después de declararse, las incontables fans que había reunido a lo largo de los años seguían rondándolo. Menma confiaba en él, pero no podía evitar sentir cierta inseguridad. Era frustrante y, para su disgusto, aterrador.

Aunque nunca lo había considerado antes de estar con Sasuke, ahora deseaba casarse. Culpaba a su condición de doncel por ese anhelo, aunque sabía que era un pensamiento estereotipado.

"Sea lo que sea, quiero casarme con ese idiota, aunque es seguro que eso no pasara", pensó Menma con resignación, antes de desechar esas ideas y concentrarse en lavar el último plato.

—Aunque su charla es muy interesante —dijo mientras se secaba las manos—, tengo que empezar a prepararme. Un maestro de la academia faltará hoy, y Kakashi-nii me pidió que lo sustituya.