El amor es como una flor a la que tienes que cuidar cada día para mantenerla viva; regar todos los días, darle la calidez de la luz, hablarle para que crezca, estar pendiente de que no tenga plagas y cuidados tan básicos que hasta un niño comprende.
Kazuki lleva 10 años casado con Rei pero hacía mucho tiempo que no pasaban tiempo de calidad juntos ¿o era que en realidad nunca lo tuvieron? Ahora que lo pensaba todos esos momentos juntos de calidad eran porque Miri estaba involucrada, no culpaba al pelinegro de eso después de todo fue gracias a la llegada de la castaña que él fue más expresivo. En realidad sólo había sido con y por ella, jamás escuchó una palabra de cariño dirigida a su persona de su parte, un mote de afecto o algún tipo de regalo ni en sus cumpleaños pues todos siempre resultaban ser obsequios de parte de su hija y esposo de los que estaba totalmente seguro que Miri terminaba escogiendo. Quizá por eso se sentía tan emocionado que un cliente de no más de 40 años le obsequiara flores.
Podía recordar a la perfección a ese cliente, era el tipo de persona que no sueles olvidar con facilidad.
Era una tarde de verano bastante lluviosa habían pocos clientes en la cafetería por lo que Rei se fue a jugar un rato después de todo Kazuki podía encargarse del negocio solo con tan poca gente transitando por las calles que sólo deseaban llegar a sus casas. Estaba preparándose un café cuando entró algo empapado.
-Disculpe, ¿podría prepararme una taza de café?
-Claro, tome asiento. ¿No quiere una toalla también?
-Oh, sí. Lamento mucho si he arruinado su piso.
-No se preocupe, tome asiento en lo que está su café.
El señor agradeció la atención del rubio y mientras esperaba a que el café esté listo fue por la toalla para que al menos pudiera secarse.
-¿Quiere algo más para acompañar el café?-Ofreció tras haberle entregado la toalla.
-Un croissant, por favor.-Pidió mientras secaba su cabello.
No tardó mucho en estar lista la orden del señor, entregó la taza de café junto al pan en lo que secaba el piso para evitar accidentes.
-En serio, lamento mucho lo del piso.
-Descuide, son cosas que pasan no es su culpa.
-¿Cómo puedo compensárselo?
-No es necesario.
-Insisto.
-Declino la oferta.-Dedicó una sonrisa amable al cliente.
-Difícil de persuadir, vaya. -Rió con levedad dando un sorbo a su café.
-Tengo una hija así que debo serlo.-Comentó al mismo tiempo que terminaba de secar el piso.
-¿De verdad?
-¿Qué edad tiene?
-Dieciséis.
-Oh vaya, ¿y ya pasó por la etapa más difícil?
-Por suerte ella ha sido una gran hija, no he tenido ese problema. ¿Tiene hijos?
-Que suerte la suya, claro. Una niña también de catorce, pero está en esa etapa de rebeldía.
Kazuki no supo en que momento había tomado asiento junto al sujeto para terminar teniendo una conversación bastante amena acerca de ser padres.
-¿Y cuáles son sus pasatiempos, Kazuki?
-Antes podía decir que la cocina, pero ahora es mi trabajo así que diría que la jardinería pero no me puedo dar el lujo de tener un hermoso jardín sólo una pequeña terraza con variedad de plantas. -Comentó con cierta emoción en su rostro.
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One-Shots ReiKazu.
Short StoryPequeñas historias de esta linda pareja que me encanta, puede haber desde lo más cursi hasta lo más subido de tono. La portada está sujeta a cambios.