II

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Estacionó su auto según las indicaciones de Johnny, su amigo y el viajaron en un mismo auto despues de que este lo obligara a llevarlo y traerlo a su casa, pues le confesó que pensaba tomarse la vida entera en la boda.

La decoración era preciosa, los arreglos de flores blancas lucían carisimos al igual que los invitados, todo parecia prolija e intensamente pensado, desde las letras DY & TY en la entrada hasta los pequeños lazos blancos en cada uno de los cubiertos.

La envidia le brotaba por los poros.

MiYeon, una compañera de la oficina, se sorprendió al verlo allí, pues segun ella Doyoung era un celoso de su compañia con Taeyong, el por su parte no hizo mas que reir y pensar que a lo mejor al tipo le daría un ataque de culo de tan solo verlo en su boda, aunque el ataque de el seria peor, pues Doyoung era el que se iba a casar con el pelinegro.

En la entrada de los novios Jaehyun trató de disolver sus pensamientos  con la idea de que el pelinegro odiaba a su esposo y que tarde o temprano esta seria su boda, pero mucho no le duró la ilusión con los vitores del borracho de Johnny quien ya llevaba hasta el champagne encima y eso que siquiera habian brindado.

Noté el leve atisbo de Doyoung al observarme.

Tras las palabras de los familiares de los casados Jaehyun tuvo la oportunidad de hablar con el pelinegro quien lucia tan brillante como una luna llena, este le convido de su bebida y lo convenció de que un traguito no haria nada, que de seguro Jaehyun tenia un fuerte sistema inmune contra las bebidas.

Entre, tal vez, algunos coqueteos llego el esposo de Taeyong.

-Buenas tardes- saludó sin mas haciendo a Taeyong encogerse ante su tacto y su repentina voz.

-Ey Dohyong, te felicito, las tortas esas de marcarpone estan buenisimas, tu prima tambien- Escupí la bebida con la ultima declaración, el pequeño muchacho que era encarcelado en los brazos de su esposo volteó el rostro para no reirse en la cara de Doyoung quien no reflejaba mas que desconcierto.

Todo sucumbió en una situación verdaderamente incomoda pero Johnny, el causante de todo, no interpretó absolutamente nada y solo soltó un -¿pasó algo?- 

-Eeh... no no, nada John, ¿viniste manejando?- trató de persuadir Taeyong

-Yo lo llevo- interrumpí

-ah perfecto, ya me estaba preocupando, Jae siempre cuidas mucho de todos, mas cuando alguno esta borracho- El pelinegro tenia esa magia de que todo lo que dijera sonará tan sincero y amable que hacia que mi corazón se agitase.

Totalmente ajeno a todo buen sentimiento esparcido de aquella conversación, Doyoung rodeó la cintura de Lee y lo atrajo para si en un susurro audible diciendole que su madre lo estaba buscando para hablar sobre los centros de mesa.

Claramente una excusa idiota de parte de un idiota.

Taeyong carraspeó en irse, pues parecia preocupado por algo que no supe descifrar con exactitud, a lo mejor era la cercania entre Kim y yo.

De un instante a otro sus compañias se esfumaron y ambos rivales estuvieron solos, a Jaehyun no le atemorizaba, es mas, esperaba este momento. Siempre se resulto curioso de encontrarse así con el otro tipo, el otro tipo que gozaba de levantarse, convivir y dormir con Taeyong, en la misma cama, el mismo piso, el mismo edificio.

 Mas curioso se encontraba de saber qué pasaba por la mente de Kim Doyoung al estar con una persona la cual peleaba todas las mañanas y no lo amaba tanto como el.

El tipo era el dueño de la injusticia que el sentia todos los dias, porque el deseaba más al chico pelinegro con luces en los ojos que a su mismo esposo.

-Jaehyun, realmente no pensé que aparecerias- el bullicio del salón pareció cesar, pero solo era porque el estaba enfocado en Doyoung, no mentiría si dijera que el tipo podía reflotar por toda el area por sus fuertes aires de grandeza.

-Taeyong me ha invitado, lo aprecio mucho- coloqué mi bebida en la mesa detras mia- no pude negarme cuando me lo pidió personalmente- Jaehyun se sentia tan gustoso de presumir la poca pero intensa cercania que tenia con el marido.

-Puede ser, aun asi, si fuera tu no me daría la cara- Doyoung metió las manos en el prolijo saco negro- no se que pretendes Jung, sé como observas a mi esposo, no soy estúpido-

Yo pensé que si

-Me alegro que lo hayas notado- repondí ironicamente alzando mi barbilla- Notás mas como me llevo Taeyong que al mismo Taeyong.-

-No te deberías meter en relaciones ajenas, menos las recien casadas.-

-Solo me meto en las relaciones donde sé que el marido es un inservible desconfiado- Un tipo escuchó nuestra conversación.

-No creas que todos los años que estuvimos juntos se romperan por un tipo que apareció hace un mes, mi marido esta profundamente atado a mi tanto como yo a el, es un hilo del cual no puedes cortar, Kim Taeyong es mio.-

Jaehyun juraría que le partiría la cabeza sobre la torre de copas allí mismo si no fuera por el hombre de cabellos chocolates destellantes que se colocó entre medio de ellos.

-Hermano, ¿qué haces?- 

Ambos con la vena del cuello saltada volvieron a escuchar el bullicio del salón.

-Nada, Jungwoo.- El extraño se quedó observandome sin entender verdaderamente quien era.

-Taeyong me dijo que te llame, van a cortar el pastel-

Kim observó su reloj reluciente de oro y retrocedió sin antes embrujarlo con la mirada.

Tenia toda la pinta de un brujo.

Se fue dejando a Jaehyun con la comisura tan apretada que le rechinaban los dientes, ese es mio hizo de jaehyun un hombre distinto, del cual se adueñaria de esas palabras que eran solo para el.

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Dice tu amiguita que es celoso
No quiere que sea tu amigo
Sospecha que soy un pirata y robaré su flor

Eres mio - JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora