Clarividente

Chapter ⁶

El fantasma de Adrián

Había pasado ya un mes desde que empezó sus clases, no le costó acostumbrarse a la vida tan vibrante en hogwarts y a los chismes que siempre hay en ese lugar. ya tenia una rutina trazada: asistía a clases, estudiaba lo que hacia falta, repasaba lo que ya se sabia, pasaba tiempo con sus amigos, visitaba a su tio moony cuando podia, pasaba tiempo con sus padres sin que nadie se diera cuenta, e investigaba junto con hermione sobre su don y anotaba lo que sabia en una mini libreta donde anotaba cada cosa sobre su don o cosas parecidas.

Asi era su vida desde que entro en la escuela, tambien trataba de ignorar a los demas fantasma que nadie podia ver para que ellos no se dieran cuenta que el podia verlos y no lo molestaran, fue un consejo de sus padres que él sigue desde que tiene memoria para ahorrarse problemas con los demás fantasma. Pero habían veces en las que Harry quisiera ayudar a esas almas a qué cruzarán a la luz pero no quería desobedecer a sus padres, así que mejor se quedaba quieto.

Justo ahora eran casi la hora del almuerzo, había quedado en almorzar solo junto con su tío Moony la compañía de sus padres, así que se dirigía a la oficina del hombre con mucha alegría; sus amigos habían quedado en guardarle tarta de melaza para más tarde porque se reunirían cerca del lago negro a simplemente tontear un rato porque tenían una hora libre de clases y Harry no podía quedarse sin su querida tarta de melaza hasta la cena, así que sus amigos le harían el favor de guardarle un poco.

En el camino a la oficina de su tío, se topó con un estudiante tal vez dos años mayor de Slytherin, había escuchado por Draco que se llamaba Adrián, no recordaba su apellido. El Slytherin era seguido por un señor, Harry le calculaba tal vez unos 55 años, el cual le decía una y otra vez que debía ir al banco porque le había dejado su herencia a Adrián, que no dejará que la arpía de su madre se la quitara.

Harry no pudo evitar mirar al espíritu quien pronto se dió cuenta de la presencia del peculiar niño, así que se acercó rápidamente mientras Harry se alejaba caminando a paso rápido.

—¡Espera! —Harry ignoró deliberadamente al espíritu el cual estaba a su lado mientras caminaban. —Sé que puedes verme, niño, no me ignores, necesito que le digas algo muy importante a mi hijo.—

Harry suspiró y paró mientras miraba disimuladamente el pasillo cuidando de que no estuviera ningún vivo ni ningún muerto a parte de ellos.

—Escuche, tengo prohibido por mis padres hablar con los demás muertos excepto los que ellos aprueban, no lo puedo ayudar. Además, ¿Que le podría decir a su hijo? Me tomara como un loco y seguramente se enfade, de verdad lo siento pero no puedo ayudarlo por más que quiera. -Aclaró para acto seguido seguir caminando hacia su destino, dejando atrás al fantasma confundido.

Por más que Harry quisiera ayudar a esas almas no podía hacerlo, no tenía ni idea de cómo ayudar ni tampoco tenía el permiso de sus padres, él apenas era un niño de once años que no tenía conocimiento alguno para poder ser de ayuda, tal vez sabía algunas cosas por sus padres y tíos, y por las investigaciones que últimamente ha estado haciendo con Hermione, pero incluso con todo eso no podía hacer mucho.

Se detuvo enfrente de la puerta de la oficina de su tío Moony, así que empujó la situación hacia el fondo de su mente para después analizarlo antes de dormir, y entro después de tocar. Se encontró con la imagen de su tío sentado en su escritorio con ojeras y una sonrisa cansada.

—¿Cómo estás, Harry?—preguntó el hombre lobo, levantándose para darle un fuerte abrazo al niño.

—Eso debería preguntarte yo, discúlpame que te lo diga pero luces fatal—Remus no pudo evitar soltar una pequeña risa mientras Harry le correspondía el abrazo con toda la fuerza que tenía, tratando de pasarle esa fuerza a su tío para que se sienta mejor después de lo que parece haber sido una noche de luna llena muy difícil.—¿Sabes a dónde fueron mis papás? No los veo desde ayer.