Prólogo.

4.9K 456 206
                                    

Para Oda no era extraño ver a su joven amigo quejarse de cualquier cosa. Incluso de cosas que él mismo podía arreglar o en las que podía intervenir. Y no le resultaba extraño verle hablar consigo mismo como si ese "algo" existiera de verdad, desde luego; le preocupaba, pero no era tan desconcertante.

Estaba acostumbrado, esa personalidad extraña y peculiar llevaba rondándole más de cinco años. Parecía que Ango, en cambio, aún no se había acostumbrado del todo, a pesar de tener casi el mismo número de años de conocer al castaño.

—¿Crees que está bien? —le preguntó su pareja, acomodándose las gafas, un poco preocupado—. Sigo pensando en llevarlo a un psiquiatra o a un psicólogo.

Oda observó al castaño que hablaba solo y escribía en su cuaderno.

—Lo veo normal.

No pudo evitar reírse cuando Ango soltó un gemido exasperado. Así que decidió acercarse a su amigo, que parecía demasiado concentrado en lo que estaba haciendo como para darse cuenta de su acercamiento.

—Es una babosa estúpida... —Alcanzó a leer en voz alta, sobresaltando a Dazai, que se volvió a mirarle con la misma rapidez con la que había pronunciado las palabras.

—Odasaku... Bendito sea Jesús en el cielo. —Se tocó el pecho, sorprendido. Oda enarcó una ceja, curioso—. No me asustes así, ¿qué harías si me muriera de un infarto?

—Hmm... poco probable, pero ¿no eras ateo?

Dazai resopló molesto y se volvió hacia su libreta.

—Cuando tu mejor amigo te asusta como si quisiera matarte, vale la pena rezarle al de arriba, por si acaso —dice con un poco de ironía en la voz—. ¿Ango ha dejado de preocuparse por mi cordura?

—No, sigue hablando de mandarte a terapia.

Dazai deja escapar una pequeña carcajada mientras sigue escribiendo en su libreta, intentando no perder la inspiración. Aquel día se había levantado con unas ganas enormes de escribir, bueno, era así, desde que Odasaku y Ango le habían invitado (obligado) a vivir con ellos. ¿Le molestaba esta situación? No, porque cada vez que se levantaba para ir a la universidad, Ango estaba a punto de irse a trabajar y Oda le esperaba con un café ridículamente fuerte para llegar a sus respectivos destinos.

—¿Qué tanto estás escribiendo? —preguntó finalmente Oda mientras observaba a su amigo sumergirse en las páginas escritas—. ¿Un cuento, una fábula o quizá una novela?

—Nada de eso, sólo quejas.

—¿Sobre alguien o algo? —preguntó con su voz habitual, en la que se reflejaba la calma.

Dazai miró su libreta durante unos segundos. Confiaba plenamente en Odasaku y por eso decidió confiarle su mayor obsesión, hábito o manía, como quisieran llamarlo. Le ofreció el libro, que Oda cogió para hojearlo.

Oda vio la portada del cuaderno vacío, dispuesto a echarle un vistazo, abrió la libreta y se encontró con un extraño título en letras grandes.

RAZONES POR LAS QUE ODIO TANTO A NAKAHARA CHUUYA Vol.27.

( Alias; La babosa o La percha andante)

7 Razones Por Las Cuales Odio A Chuuya. || Soukoku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora