Especial.

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Quedarse hasta el final, por favor...

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꧁༻𝑆𝑜𝑟𝑝𝑟𝑒𝑠𝑎... ¿𝑜 𝑛𝑜?༺꧂

La licenciatura estaba cerca, estaban a dos meses de terminar sus carreras universitarias, y sorprendentemente habían sobrellevado muy bien su relación. Y si ponemos las cosas en contexto, después de que él y Chuuya hablarán durante unas horas y definieran el tipo de relación que iban a tener, no le contó a nadie.

¿La razón? Simplemente, aún no podía creer que Chuuya le haya correspondido.

Sin embargo, no deben malinterpretar las cosas, él ama a Chuuya, pero jamás fue bueno hablando sobre las cosas buenas que ocurren en su vida.

Había pasado la mayor parte de su vida adolescente y ahora adulta celando a Chuuya y de la noche a la mañana se convirtió en su novio, era algo para asimilar, no todos los días puedes salir con el hombre que amas y sí, en cuatro meses y medio de relación aún no podía aceptarlo.

Aunque eso no importaba mucho ahora.

Dazai tiene una peculiar teoría sobre Chuuya y quería ponerla a prueba.

—Sé que estás despierto, bastardo —dijo la encantadora voz de su novio.

Una sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, sus ojos se abrieron de par en par y vio a Chuuya con un mandil azul, los brazos cruzados, sosteniendo una cuchara de madera.

Su sonrisa se transformó en una mueca traviesa.

—Bonito mandil Chibi, quedaría aún mejor en otras circunstancias, ¿no crees? —Con voz seria, pero con una mirada divertida, Chuuya se sonrojó.

—Levántate o te tiro por la ventana, maldito pervertido —amenazó, dándose la vuelta nerviosamente.

—Eso no lo dijiste anoche, Chibi.

Debería felicitarse por sus buenos reflejos, de lo contrario habría acabado con un ojo morado por la cuchara de madera que le había lanzado Chuuya. Se levantó perezosamente, era sábado y no tenía ganas de hacer mucho. Al salir del baño vio a Max mordisqueando la cuchara de madera que le había tirado su dueño, bueno... no era su culpa.

Chuuya era muy susceptible a los halagos, como también lo es su temperamento cuando lo fastidiabas.

Básicamente, su teoría se basaba en cuál de las dos era más susceptible en público y que mejor ese día que ambos tendrían una cita.

—¿Qué película deseas ver Chibi? —preguntó, viendo la cartelera, no había ninguna que llamara su atención.

—Tú escogiste venir al cine, escoge tú —dijo, caminando hacia la fila para comprar palomitas y refrescos.

Una sonrisa maquiavélica se plasmó en su rostro, y con lentitud se acercó al menor de altura y le susurro:

—La película da igual, siempre y cuando hagamos otras cosas. —Su voz era ronca y aterciopelada.

Chuuya se estremeció, cubriendo con su mano su oreja y mostrando un notorio sonrojo en sus mejillas.

—No hagas o digas cosas así, idiota —reprocho, con nerviosismo, tensando su cuerpo al sentir las manos de Dazai rodear su cintura.

¡Estaban en público! ¿Por qué ese idiota actuaba así?

—Si pudieran avanzar estaría muy agradecido, no son los únicos en el cine —dijo una voz detrás de ellos.

Dazai compraba los boletos aun con la falta de aire gracias al codazo que Chuuya le dio, lo observo a lo lejos aún sonrojado y con las chucherías ya compradas, sonrió por la tierna reacción que tuvo por la intromisión de ese desconocido.

7 Razones Por Las Cuales Odio A Chuuya. || Soukoku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora