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Se podía ver a un joven alfa de cabellera pelirroja, que estaba sentado en la barra del club que habituaba

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Se podía ver a un joven alfa de cabellera pelirroja, que estaba sentado en la barra del club que habituaba. Una copa de vino en su mano, y en la otra la botella casi completa.

La música sonaba con fuerza, camuflando los sonidos obscenos, tanto por parte de las parejas que estaban en los sillones aterciopelados, como de los omega y betas que allí trabajaban. Nunca había tenido la necesidad de pagar por otro tipo de servicios más que por el vino que consumía, y aunque algunas veces se le insinuaban, siempre los rechazó.

Una cascada de vino pasó por su garganta como si de agua se tratase. Amaba ese sabor tan dulce y a la vez amargo que desprendía, y ese color rojizo que solo lo hacía más deseable.

Los últimos días no habían sido los mejores, y unas copas lo ayudarían a relajarse y olvidarse de todo por un par de horas. Esa misma tarde había tenido una horrible discusión con su compañero de cuarto, Dazai Osamu, otro alfa. Chuuya le había reclamado por todos los omegas que llevaba a la cama, sin consultarlo con él antes.

¿No podía ir a follar a otra parte y dejarlo dormir por una maldita noche? Lo peor no era eso, era que en el apartamento siempre había más de un olor, y eso no era nada agradable. La mezcla de tantas feromonas le hacía sentir mareos.

No pasaron minutos cuando sintió que el alcohol ya pasaba por sus venas, volviéndolo aún más sensible a todo que cuando estaba sobrio.

Eso significaba que cualquier cosa o persona que lo hiciera enfadar mínimamente, no acabaría ileso. Lo más probable es que acabara con dos o más costillas rotas, y una larga visita al hospital.

Un suspiro salió de sus labios, el cansancio lo estaba matando, pero era tan terco como para no querer enfrentarse de nuevo al estúpido de Dazai. Odiaba tener que lidiar con todos sus berrinches y actitud infantil. Aunque muy pocas veces se comportara de una forma más acorde a su edad, eso se le hacía lo único agradable de él.

No sabe cómo, lo cansado que estaba y las 4 copas que se había tomado le hicieron perder la consciencia rápidamente, cayendo en los brazos de Morfeo en cuestión de segundos.

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𝚁𝚘𝚜𝚎𝚜 [Soukoku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora