Six

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Chuuya salió de allí rápidamente, dejando a los tres algo confundidos

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Chuuya salió de allí rápidamente, dejando a los tres algo confundidos. Pero tampoco le dieron muchas vueltas y se sentaron en una mesa para luego pedir su comida. Bueno, Oda y Ango estaban como si nada, pero Dazai sí que se había quedado un rato procesando. Aquella interacción con el pelirrojo había sido muy extraña.

Por otro lado, Chuuya caminó hasta la universidad aún nervioso, sentía que había sido un poco irrespetuoso por lo que hizo, pero ya no podía hacer nada.

Al menos tenía la excusa de que su clase empezaba en unos veinte minutos. Ya, aún así hubiera tenido suficiente tiempo, pero simplemente no le apetecía quedarse allí hablando con ellos y sintiéndose más incómodo. No es como si tuviera mucha confianza con Oda y Ango, a parte de que las cosas con Dazai estaban algo tensas y no quería empeorarlo aún más.

Llegó a su aula, y como era de esperar, aún no había nadie. Ahora no sabía muy bien qué hacer, podía repasar un poco el tema en el que estaban, o simplemente no hacer nada mientras escuchaba música.

Quizás debiera haber hecho la primera, pero en realidad no sé sentía con fuerzas para ponerse a estudiar. Por lo que conectó sus auriculares y abrió la aplicación de Spotify. Él no era mucho de tener un género de música favorito o una play list uniforme. Sus gustos musicales eran de lo más complejo, incluso para él a veces era extraño.

Le dio al play y cerró los ojos, escuchando el ritmo y las letras de las canciones que se reproducían. Sus labios se movían, simulando cantar las canciones, pero no salía ni una palabra de ellos. Por lo visto, en un momento, su play list decidió que era buena idea ponerle música de desamor y cosas tristes. Le encantaba, pero la odiaba con toda su alma.

¿Por qué tenía que ser tan fácil identificarse con cada palabra?

Sus ojos empezaron a humedecerse en algún momento y luego cuando ya no pudieron aguantar las lágrimas se desbordaron, cayendo poco a poco. Deseaba el amor, realmente lo hacía, pero lo hacía tanto que le dolía, dolía como unos jodidos cuchillos enterrándose en lo más profundo de su piel. Las gotas saladas siguieron deslizándose por su rostro hasta caer al suelo, y no daban señal alguna de detenerse pronto.

¿Realmente alguien iba a amarlo alguna vez? ¿Iba a pasar toda su vida solo y sintiéndose miserable?

Sus pensamientos se esfumaron de un momento a otro y sus ojos se abrieron de golpe cuando escuchó a alguien entrar al aula. Trató de limpiar su lágrimas lo más rápido posible con las mangas de su sudadera y en un instante se quitó los auriculares.

No sabía por qué últimamente había estado tan sensible, ni siquiera estaba cerca de alguno de sus celos, no le gustaba sentirse así, vulnerable, no le gustaba sentirse tan débil y menos en un lugar tan invasivo y con tan poca privacidad.

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𝚁𝚘𝚜𝚎𝚜 [Soukoku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora