Five

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Estuvo corriendo por aproximadamente media hora por la calles cercanas a su departamento, y sus piernas, a pesar de estar en buena forma, se estaban cansando

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Estuvo corriendo por aproximadamente media hora por la calles cercanas a su departamento, y sus piernas, a pesar de estar en buena forma, se estaban cansando. A parte de que, se le había olvidado coger una botella de agua y ahora estaba que se moría de sed.

Recordó que cerca de allí, a un par de calles más, había una tienda pequeña, pero que tenía una gran variedad de productos a la venta. Paró de correr por unos minutos, para coger algo de aire, y empezó a caminar hacia la tienda tranquilamente.

Las tardes-noches eran silenciosas en aquella zona y época, más que nada porque en aquella zona habían mayormente estudiantes que buscaban un lugar útil y barato para vivir, aunque también habían algunas personas mayores viviendo allí.

Pues eso, como la mayoría eran estudiantes en esta época estaban gran parte del tiempo en los departamentos, ya que era tiempo de exámenes, unos bastante complejos, la verdad. Pero no siempre era así ya que cuando ese periodo de exámenes terminaba empezaba el periodo de fiesta, donde todo el mundo se quedaba en las discotecas y bares hasta las siete de la mañana, y terminan yendo a clases con resaca y sin haber dormido, y eso eran algunas personas, porque la mayoría después de eso no iba a clase.

Estuvo pensando en todo eso mientras se dirigía a la tienda, debatiendo contra sus pensamientos, y también mentalmente preparaba un montón de regaños y quejas elaboradas, contra esas personas, aunque ya sabía que ninguna de esas frases llegarían a ser escuchadas por ellos. Realmente estaba siendo algo hipócrita pensando todas esas cosas, porque con los sucesos de la noche anterior, no tenía derecho a juzgar a los demás. Ahora mismo era él el que se merecía ser regañado, aunque de alguna forma se sintió un regaño esa misma mañana por parte de Dazai, aunque este no lo hubiera expresado ni física ni verbalmente.

Dejó sus pensamientos atrás cuando vio, a unos cuantos metros, la luz de la tienda destacar en la ya oscura tarde. Caminó por unos segundos más hasta estar justo al frente de la puerta, al empujarla para entrar, escuchó el típico sonido de campana para alertar a la dependienta que alguien había entrado.

Ella muy amablemente le saludó con una sonrisa. Aki, cómo se llamaba aquella señora, era una omega anciana que vivía cerca de ellos, a veces se la encontraban por la calle, o incluso cuando iban a comprar allí, aunque no siempre estaba ella, ya que su hija también trabajaba en la tienda.

Chuuya le saludó de vuelta y fue a la zona de las neveras a buscar una botella de agua de 1 litro, lo suficiente como para saciar su sed. Y justo cuando iba a entrar a uno de los pasillos de su derecha, se chocó contra alguien, provocando que se cayera al suelo de una forma algo desagradable para él.

-¿Qué mierda? - Se quejó, y al levantar su mirada se encontró con unos ojos miel que conocía bastante.

El castaño en frente de él, le vio levantarse y acercarse a él con una cara de enfadado.

-¿Qué cojones haces aquí? - Preguntó a su manera - ¿Y por qué precisamente me tuve que chocar contigo? - Susurró para sí mismo y sin ser escuchado por el otro.

𝚁𝚘𝚜𝚎𝚜 [Soukoku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora