Ojos claros. Cabello despeinado. Abdomen marcado. Perfume caro. Palabras en francés susurradas en mi oído. Esas eran las cosas que no me podía despegar de mi mente últimamente. Era lo que más ansiaba sentir... pero por dos.
HISTORIA DENTRO DE UN MU...
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— P I E R R E —
Los ojos verdes de Pierre.... no podía quitar mi vista de ellos, porque son distintos a los de Charles.
He visto los ojos de Charles posarse en mi tantas veces en los últimos meses que me había acostumbrado a ver sus ojos verdes... pero los de Pierre son distintos. Ocultan tantas cosas que me tientan a querer descubrirlas.
Todo había comenzado con Charles en Bahréin... una simple fiesta en un club donde ninguno de los esperaba algo más que sexo casual. Pero todo cambió a la mañana siguiente, cuando ambos descubrimos que, quizás no sería algo de solo una noche. Así que, acordamos mantener el sexo casual a discreción.
Mentiría si no dijera que había sido la mejor decisión de mi vida. Bahrain, Jeddah, Australia, Imola y Miami... cada maldito país en donde había una carrera, me acostaba con Charles.
Antes o después de la carrera, más de una vez al día... no importaba la cantidad de veces, el momento del día o el lugar, sino lo mucho que ambos lo disfrutábamos. Sentir sus manos acariciando cada centímetro de mi cuerpo y como, incluso si él no estaba cerca, sólo con pensar en él lograba correrme.
Pero todo cambio en Barcelona, cuando Pierre se acercó a mí y me invito a una cita.
Me había convencido tanto de que jamás podría gustarle a Charles, que en realidad nunca pensé que podría interesarle a alguien más... incluso a Pierre. Tampoco éramos cercanos o algo que justificara aquel acercamiento repentino, pero admito que me gusto.
Me tomó por sorpresa pero me agradó que me llevara a una cita y que fuera tan atento conmigo. Pero las cosas con Charles seguían avanzando y... poco a poco, el monegasco me confundía más y más sobre que era lo que teníamos, mientras Pierre intentaba mantener mi atención en él, lo que era difícil... pero no imposible.
Hasta que todo definitivamente cambió en Mónaco. Una noche, solo eso basto para que todo cambiara...
— ¿Pierre? — pregunto un poco confundida al encontrarme con Pierre en la puerta de mi departamento. Casi es medianoche, así que... ¿Qué hace aquí?
— Lo siento — dice y parece que quiere decir algo pero cierra su boca y mira alrededor de él como si quisiera evitar mi mirada pero me observa de todas las formas — ¿Por que no? — pregunta y me sorprende que sea tan abrupta su pregunta
— ¿Por que no... que? — pregunto lentamente
— ¿Por que no quieres darme una oportunidad? — repite y... no sé que decir. Si el hecho de que apareciera en mi puerta me sorprendio, esto... definitivamente no lo esperaba y me deja sin palabras, porque yo quiero darle una oportunidad
— Yo... si te estoy dando una oportunidad — respondo pero él suelta una mezcla de suspiro y risa mientras desvia la mirada — Fuimos a cenar en Barcelona — señalo y él vuelve a mirarme
