Ojos claros. Cabello despeinado. Abdomen marcado. Perfume caro. Palabras en francés susurradas en mi oído. Esas eran las cosas que no me podía despegar de mi mente últimamente. Era lo que más ansiaba sentir... pero por dos.
HISTORIA DENTRO DE UN MU...
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— C H A R L E S —
Ya estaba acostumbrada a encontrar a Charles en la puerta de mi departamento a medianoche esperando que lo dejara pasar para dormir juntos. No para tener sexo... sino para simplemente dormir. En especial las noches anteriores a carreras o las noches previas a eventos importantes, siempre se sentía nervioso y no quería estar solo.
Llamaba un poco mi atención que el monegasco se sintiera solo y que me viniera a mi puerta para tener un poco de compañía. Uno creería que una persona tan famosa y querida como Charles jamás podría estar solo al vivir rodeado de personas, pero... estar solo no es lo mismo que sentirse solo. Y había entendido que Charles se sentía solo más tiempo del que imaginaba. Así que, me gustaba esperarlo con los brazos abiertos cuando sabía que vendría sin avisar.
— Tu no luces como la hamburguesa que pedí — digo bromeando al abrir la puerta del departamento y Charles suelta una risa
— No seré una hamburguesa — dice él mientras se acerca a mi — pero te aseguro que puedes comerme, Mon amour — añade antes de besarme y sonrió mientras me besa. Charles siempre hacia chistes malos... no es que los míos fueran buenos, porque no lo son. Pero mis chistes son divertidos por ser malos, mientras que los de él simplemente son malos.
— ¿Si? — pregunto al separarme e intentar cerrar la puerta detrás de él — ¿Qué haces aquí? ¿Vienes solo a decir chistes malos? Por que si es así, tengo suficiente con escuchar los chistes de Eric — señalo para molestarlo mientras él coloca sus manos en a cada lado de mi cadera
— Oh, entonces ¿No me quieres aquí? — pregunta fingiendo sentirse ofendido — Puedo irme si quieres — añade señalando la puerta detrás de él — Yo quería devolverte el favor de esta tarde, pero creo que no te interesa, así que mejor me voy — continua mientras se aleja ligeramente de mi, pero intento detenerlo abrazándolo por la cintura y pegándome a él
— No, no, no — digo rápidamente y puedo sentir su risa al apoyar mi oreja en su pecho — Puedes quedarte y devolverme el favor — le digo sonriendo... esta mañana había hecho una visita sorpresa a su habitación privada en el garaje de Ferrari y... digamos que le di una recompensa por el perfecto resultado de su clasificación.
Intentaba no ir demasiado seguido al garaje de Ferrari, porque sé que es sospechoso. Pero sé que la adrenalina que siente cuando esta arriba del auto tiene que descargarla de alguna manera, y en general lo suelen hacer sumergiéndose en baños de agua helada... pero nunca esta de más usar otro métodos ¿no?
— No, Olivia. Entiendo que no que quieres aquí — dice él siguiendo el juego e intentando soltar mis brazos de alrededor de su cintura — así que, me iré a mi departamento y buscare en mi teléfono alguien a quien llamar — añade y en cuanto dice eso, levanto la vista y lo miro molesta
